El Oribio: volver a empezar

Javier Guitián
Javier Guitián EN OCASIONES VEO GRELOS

OPINIÓN

16 jul 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Acomienzos del siglo pasado Baltasar Merino da cuenta de su visita a la Devesa del Oribio, en las proximidades de Triacastela y Samos, en sus Viajes de Herborización por Galicia. Así la describe: «El bosque que teníamos a la vista, como de dos kilómetros de longitud, se encarama por empinadas pendientes hasta tocar la cima, desde donde se divisan los valles de Lóuzara y Louzarela».

Allí, en esas cumbres, se ha vuelto a retomar la vieja idea de construir un parque eólico. El área afectada es una Zona Especial de Conservación da ZEC Ancares?Courel y Zona de Especial Protección de los Valores Naturais (ZEPVN); como parte de la Red Natura no está permitida la construcción de parques eólicos, más allá de la repotenciación de los existentes; el área es, además, parte del «área potencial» en el esbozo del Plan de Recuperación do Oso Pardo cantábrico.

Por si esto fuera poco el parque está situado en las proximidades del Camino Francés, con una importante afectación al paisaje, destruye un antiguo camino real que corona la sierra y las obras tienen efectos en la flora, la fauna, el patrimonio arqueológico, etcétera. Sin embargo, cuenta con informe de viabilidad de Medio Ambiente desde septiembre del pasado año, e informes favorables de Patrimonio Cultural, Patrimonio Natural y Urbanismo.

Las obras ya han comenzado pero, según publica la prensa, la Xunta de Galicia las paralizó hace unos días y ha abierto un expediente sancionador, ya que precisa de un proyecto arqueológico autorizado por la Dirección Xeral de Patrimonio Natural, un plano de planta general y un informe de la Axencia de Seguridade Aérea, que al parecer no fueron presentados. Vaya, ¡iban por libre!

Pues bien. Como el proyecto es de hace más de una década, cuando las limitación impuestas por la Red Natura y el Catálogo gallego de especies amenazadas no existían, la empresa tiene derecho a retomar la construcción. Es difícil entender que, aunque el proyecto se modifica de manera sustancial recientemente, no sea de aplicación la legislación actual.

He recorrido muchas veces la devesa y el camino que la culmina. Desde Queixadoiro a Aira Padrón es un auténtico paseo por las nubes con extraordinarias vistas a los valles de Triacastela y Lóuzara. También se asoma al escarpado bosque de carballos, bidueiros y serbales, uno de los mejores del Camino en su tramo occidental, que Merino describió en sus viajes y que hoy se ve amenazado.

Sin embargo, lo que más me enfada es que la afectación paisajística del Camino Francés es reconocida en la declaración original: «Co fin de compensar a incidencia visual do parque eólico, adoptaranse as medidas compensatorias propostas, destacando as relativas ao pintado das torres dos aeroxeradores con motivos do Camiño de Santiago». ¡Caramba, pintar plantitas también!