La Audiencia Provincial de Pontevedra ha desestimado la denuncia interpuesta por una pontevedresa contra su ex pareja y padre de su hijo por haberse olvidado de echar protección solar al menor y sufrir este un eritema. Los odios absurdos entre personas que lo tuvieron todo en común pueden llegar a estos extremos. Denunciar a alguien por olvidarse en una ocasión puntual de echarle crema solar a su hijo es un despropósito. Además, jurídicamente, carece de inconsistencia. Como bien recoge la Audiencia el Código Penal exige, para que esta conducta constituya un ilícito penal, que el incumplimiento sea voluntario y persistente, y no esporádico y transitorio. Es decir, tiene que existir lo que en Derecho se denomina dolo, o voluntad deliberada de cometer un delito, a sabiendas de su carácter delictivo y del daño que puede causar. Fue un olvido. Tan solo eso. Que seguro que, visto lo visto, jamás volverá a ocurrir.
La jurisprudencia no está, afortunadamente, por la labor de criminalizar los conflictos que puedan derivar de rupturas de pareja mal llevadas, por lo que el devenir de esta insustancial denuncia no fue otro que el que tenía que ser. Ya está la Justicia bastante colapsada para que se la ralentice más con estas banalidades.