La Real Academia Galega de Ciencias

Jaime Gómez Márquez LÍNEA ABIERTA

OPINIÓN

11 jul 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

La Real Academia Galega de Ciencias (en adelante RAGC) es una institución fundada en 1977 con la finalidad de la promoción de la cultura asociada a la ciencia, la tecnología y sus aplicaciones. ¡Perfecto! En el momento actual, en la página web de la RAGC cuando hace referencia a sus objetivos se dice: «…inducir un cambio que impulse el desarrollo de un nuevo modelo de sistema productivo, basado en el conocimiento, será un objetivo claro e inequívoco que presidirá las actividades de esta Real Academia a lo largo de los próximos años». Extraño objetivo para una academia científica pretender cambiar el sistema productivo. Por el contrario, si miramos la página web de la Royal Society británica, una de las sociedades científicas más antiguas y prestigiosas del mundo, podemos leer cuales son sus prioridades: promover la excelencia en ciencia, apoyar la colaboración internacional y transmitir la importancia de la ciencia a todas las personas. ¡Impecable! Nada que ver con ese contenido estrambótico de la página web de la RAGC.

La categoría intelectual y científica de muchos de los fundadores de la Academia presagiaba, sin duda, un futuro brillante para esta institución. Sin embargo, desde hace muchos años, la RAGC es una institución silente, inoperante y hasta cierto punto elitista, pero no porque tenga entre sus miembros a los mejores científicos gallegos (ni son todos los que están, ni están todos los que son), sino porque tradicionalmente los académicos numerarios parece que fueron seleccionados más en base a criterios de misoginia (hasta hace poco no había mujeres en la RAGC) y afinidad personal que por su currículum científico. Afortunadamente, en los últimos años la RAGC ha evolucionado incorporándose a la misma personas de acreditada valía científica y dejando de ser un reducto machista y retrógrado. De todos modos, en aras de la transparencia y del prestigio de la institución, sería positivo que fuesen públicos los currículos de los académicos/as, incluyendo su principal contribución al progreso científico.

En mi opinión, la RAGC debería implicarse muchísimo más en la divulgación del conocimiento científico y comprometerse con la enseñanza de las Ciencias, la investigación científica y la denuncia de todo aquello que suponga un menosprecio a la Ciencia y un elogio a la ignorancia. Tengo muchas dudas de que vaya a ser así y pocas de que seguirá siendo un reducto de sabiduría poco operativo y por tanto perfectamente prescindible para la Ciencia galaica.

Finalmente, quiero aclarar que ni soy académico ni tengo interés alguno en serlo y más después de este artículo… Espero que algunos académicos/as sean capaces de entender que la crítica es con frecuencia necesaria, aunque escueza (de otros no espero ni eso). Desearía que el actual equipo de gobierno de la RAGC fuese capaz de dinamizar esta institución para que su opinión sea escuchada y respetada por la sociedad. Puedo estar equivocado, pero es lo que pienso.