Este encuentro «histórico» se produce ¡a partir de un tuit de Trump!, lo que nos da idea de su banalidad. Es una diplomacia de reality-show, como la calificó el antiguo oficial del Pentágono, Van Jackson. Trump ha trascendido la realpolitik, basada en intereses antes que en ideales, y ha creado la realitypolitik, basada en los mismos intereses sin valores pero primando el espectáculo mediático. Trump es un maestro del reality show, le sirvió en política interna y ahora en política internacional. Ha conseguido lo que parecía imposible varias veces -como ser presidente de los EE.UU.-, pero ¿podrá conseguir la paz con un tuit?