Woody Allen, yo sí te creo

Eduardo Riestra
Eduardo Riestra TIERRA DE NADIE

OPINIÓN

LUCA BRUNO | EFE

17 jun 2019 . Actualizado a las 07:51 h.

Hace casi un año uno de los hijos adoptivos de Woody Allen, Moses Farrow, publicó una larga carta en la que explicaba lo que realmente había ocurrido el 4 de agosto de 1992, fecha en que supuestamente el director había abusado de su otra hija adoptiva Dylan: no había ocurrido nada. Pero aprovechó para informar que de dos de sus hermanas que habían fallecido, una, Tam, se había suicidado en el 2000 y la otra, Lark, había muerto de sida en la indigencia en el 2008. El padre de Mia, el director John Farrow, era mujeriego y bebedor, y parece que había episodios de abusos en la familia; su hermano John está en la cárcel por pederastia y otro hermano, Patrick, se suicidó en el 2009. Mia, cuando se separó de Frank Sinatra, que le llevaba 29 años, se fue a vivir con sus amigos los Previn, y se quedó embarazada del marido, el compositor Andre, rompiendo así el matrimonio. La mujer, Dory, ingresó en un psiquiátrico.

Soon-Yi, la actual pareja de Woody Allen, no es su hija ni biológica ni adoptada. Lo es de Mia, pero el director apenas había tenido contacto con ella -Woody nunca se ha casado con Mia Farrow y nunca han vivido juntos-. Y sin embargo es víctima de una despiadada caza de brujas. La investigación policial sobre los supuestos abusos concluyó que no existieron, pero como diría Tony Curtis, que la verdad no te estropee un buen reportaje, o, como diría Hearst, yo pondré la guerra.

Y aun si el director fuera culpable, la expulsión de la cultura no es una pena que contemplen las leyes. Woody, yo sí te creo.