A María Patiño le ha pasado como a mucha gente que solo ve un tono Pantone en los seres humanos. Y, claro, los limita en su percepción. Por eso utilizan la expresión «hombre de color» cuando quieren decir negro. María la usó en televisión el sábado pasado, con ese temor de quien cuida su lengua para escudarse en lo políticamente correcto, que es siempre mucho más hiriente. Hiriente que solo se vea el color -negro- cuando hay tanta gama de tonalidades en el color carne que algunos cogen al dibujar. Hay gente de color blanco casi rosa, blanco anaranjado, blanco azulado, blanco amarillento, pero el color por excelencia para los que se ponen solo en una piel es el negro. Y ahí está también la Real Academia Española para avalar que lo que ha dicho María Patiño es cierto, que el «hombre de color» tiene un solo significado: ‘Dicho de una persona: que no pertenece a la raza blanca, y más especialmente que es negra o mulata’. Los negros son vistos por los blancos con ese eufemismo porque al revés no parece. Los negros no les dicen el «hombre desteñido», «la mujer pálida» o «el hombre sin color», aunque razones para tales marcas no les falten. Los negros no quieren hacer pupa, no quieren que se les esquive y no desean que se les quite un valor. Pertenecen a una raza y están orgullosos de ella. María, la próxima vez no tengas miedo: llámale negro. Es mucho mejor.