El seísmo, la réplica y la ola

Fernando Salgado
Fernando Salgado LA QUILLA

OPINIÓN

Javier Lizón

27 may 2019 . Actualizado a las 03:18 h.

El seísmo del 28A y su réplica de ayer tiñeron de rojo el mapa político español. Lo que sigue son media docena de notas de medianoche, esbozadas cuando todavía no concluyó el prolijo y triple escrutinio.

1. La ola de Sánchez. El PSOE ganó las elecciones europeas y municipales, y se impuso en la mayoría de las doce comunidades autónomas llamadas a las urnas. Matizo en clave personal, para que lo entiendan cabalmente sus detractores de dentro y de fuera: Sánchez ganó las elecciones. Inés Rey será alcaldesa de A Coruña, Gabilondo presidirá la Comunidad de Madrid y Borrell encabezará el grupo socialista más nutrido del Parlamento europeo porque se subieron a la ola de Pedro Sánchez. Quien contó, ciertamente, con la ayuda inconmensurable de una derecha desnortada y a la deriva.

2. Ganar y gobernar. La ola no se transformó en tsunami porque, en un contexto de exacerbada fragmentación política, las mayorías absolutas son rara avis al alcance solo de titanes como Abel Caballero. Ganar no siempre significa gobernar: por eso hay victorias con sabor amargo y derrotas sumamente gratificantes.

3. La remontada del PP. Hundido Casado y devastado el edificio del PP por el terremoto del 28A, la soñada remontada era imposible en menos de un mes. Pero las urnas probaron que la poderosa estructura de la vieja casa solariega sigue en pie, los pilares aguantan y la amenaza de los okupas de Rivera se aleja. La reconstrucción es posible, aunque tal vez el PP precise otro arquitecto, un nuevo director de obra e, indefectiblemente, planos distintos a los utilizados por Pablo Casado.

4. Ciudadanos no atrapó su codiciada presa. El guepardo naranja abandonó el territorio del centro, donde depredaba a costa del PP y del PSOE, y se lanzó a una alocada persecución del gamo malherido de la derecha. No lo alcanzó, malgastó su energía y ahora no le quedan fuerzas para proseguir la cacería ni para recular al plácido territorio de origen, ya parcialmente ocupado por los socialistas. Le auguro malos tiempos a la formación de Albert Rivera. No logró el acariciado sorpasso hacia el liderazgo de la derecha ni, en mi pronóstico, lo conseguirá en el futuro.

5. Unidas Podemos sigue enflaqueciendo. Necesita urgentemente, para evitar el derrumbe definitivo, tocar poder en forma de coalición con el PSOE. Pero, en dramática paradoja, su anemia galopante también reduce su fuerza para exigir a Sánchez una tajada significativa de la tarta.

6. Galicia, sitio (relativamente) distinto. Los resultados municipales indican que Galicia sigue la tendencia del resto de España: subida generalizada del PSOE, que estaría en condiciones -avanzado el escrutinio- de conquistar la alcaldía en seis de las siete capitales. Pero ofrecen también datos singulares: la mayor fortaleza y capacidad de resistencia del PP, el descalabro de las mareas en sus tres plazas, la notable recuperación del BNG, la debilidad de Ciudadanos y la inexistencia de concejales de extrema derecha.