Última oportunidad del bipartidismo

Fernando Ónega
Fernando Ónega DESDE LA CORTE

OPINIÓN

25 may 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Ayer pasó todo lo que podía pasar. La Mesa del Congreso suspendió a los cuatro diputados catalanes procesados y lo hizo como aquí hemos sospechado: con el voto en contra de Unidas Podemos. Posiblemente esa discrepancia ha sido la causante de que el caso fuese del Supremo al Congreso y del Congreso al Supremo para volver al Congreso como un material que abrasa.

 Meritxell Batet quería cargarse de razones, no por el garantismo que ella pregona, sino para convencer a los delegados de Pablo Iglesias de que la única alternativa legal era la suspensión. Y además, fulminante. Queda cerrada esta historia y, a efectos de futuro, solo intriga saber cómo podrán convivir en el mismo equipo un partido que asume la legalidad y otro que la discute o incluso la niega. La votación de ayer solo fue una pequeña muestra de las tensiones que vamos a vivir si, como anuncia Pablo Iglesias a través de la agencia Efe, vamos a un Gobierno de coalición.

La noticia, no menos importante por esperada, vino a oscurecer un poco la campaña de las elecciones en su día de cierre. A partir de mañana cambia el paisaje político español. No sabemos hacia qué lado, pero cambia. Termina, o eso esperamos, el larguísimo tiempo electoral que hemos vivido. Habrá medición de fuerzas y puede ocurrir todo: que el PSOE culmine su etapa triunfal con más poder territorial como prevén las encuestas; que el PP recupere la confianza en sí mismo o se hunda un poco más; que los pactos regionales y locales condicionen el pacto de gobierno de la nación y lo más deseable: que España, al estar lejos de un nuevo horizonte electoral, encuentre por fin el clima para una gestión serena de los asuntos públicos y desaparezca el postureo que tanto dañó la imagen de la clase política y las instituciones.

Creo que es, en todo caso, la última oportunidad para el bipartidismo. ¿Por qué digo esto? Porque en este país hay 8.000 municipios y solo los dos grandes partidos están en condiciones de presentarse en todos o casi todos. El número de concejales y alcaldes que conseguirán será muy superior al de los demás partidos en contienda. De la misma forma, es probable que copen el mayor número de representantes en los parlamentos autonómicos. Aunque no obtengan mayoría absoluta, los partidos que les apoyen deberán conformarse con un papel complementario, pero los gobiernos y sus presidentes serán mayoritariamente suyos. O el bipartidismo coge fuerzas este domingo, incluso en las urnas europeas, o ahora sí que lo podremos dar por desaparecido. La pata coja está en el Partido Popular: o recupera los votos prestados a Vox y Ciudadanos, o se juega su propia supervivencia. Para Casado sí que son unas urnas a vida o muerte. O de muerte y resurrección.