El voto útil salvará alguna carrera

César Casal González
César Casal CORAZONADAS

OPINIÓN

19 may 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Votar es sano. En España se vota mucho contra alguien. Pero un votante, un elector, es un tipo que ejerce su derecho democrático a seleccionar a los que le gustaría que nos gobernasen. Lo elige con el secreto garantizado. Ahora que no hay nada secreto, ese secreto es una gozada: uno de los pocos actos íntimos que nos quedan. Hay mucha mujer que vota contra su pareja, por ejemplo. Y hombres que hacen lo mismo. Te deja la papeleta en la mesa, y le pega el cambiazo. Las elecciones no son la fiesta que fueron en el 78 y por ahí, pero todavía siguen siendo el mejor sistema posible. Ahora tocan dos papeletas, menudas papeletas. La papeleta europea, a la que por desgracia no le damos importancia, pero que decide muchísimo sobre nuestras vidas. El maná de Europa cambió paisajes. A veces para peor. Pero ser europeo todavía es relevante y nos da ese barniz de civilización que tanta falta nos hace en este viejo continente. La otra votación es local, de patio de vecinos. Mucho más caliente. Las campañas locales terminan casi siempre embarradas. Se vota por la farola fundida. Por el camino sin asfaltar. La cercanía contagia el virus del insulto y hace que las pasiones se exacerben. La encuesta de Sondaxe dice claramente que las ciudades en Galicia están que arden. Cuentan que las urbes gallegas están en un puño, parece que socialista. Pero los indecisos y la movilización de última hora decidirán alcaldías inesperadas. Habrá de todo. Solo parece segura la victoria absolutísima del presidente de la Orquesta Panorama, Abel Caballero, en Vigo. Lo demás va a ser de infarto. Un recuento no apto para cardíacos. Ourense ferve como As Burgas. Las alianzas pueden ser de timba de póker. En Pontevedra hay otra ventaja clara, la de Lores, a ritmo de BNG que ha sabido ser paisano y vecino y pisar calle. En Lugo, Lara Méndez pelea por seguir. En Ferrol anida la gaviota del PP, o eso parece. El ex conselleiro puede volver a ser alcalde ante el guirigay de candidaturas. En A Coruña y en Santiago la lucha se ha encarnizado. El PP resucita y reivindica el espacio conservador y de centro de Feijoo que siempre ha tenido en esas dos ciudades. El PSOE de Bugallo y de Inés están o parecen fuertes. Y Martiño aprieta ahora al final más que Xulio, tras cuatro años pasmando. Ciudadanos sigue siendo efervescente en Galicia. Y a Vox no se le espera. Rumien y voten contra el que no quieran. Será secreto. El voto útil salvará alguna carrera.