Tres de treinta

Tamara Montero
Tamara Montero WASHINGTON / EFE

OPINIÓN

15 abr 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Como todo en la vida, como la vida misma, se abre paso a golpes. De repente, llega. Es un instante borroso, difícilmente identificable. Como guiñar un ojo y ver pasar la vida a través del cristal de la copa que estás apurando en la barra. Y te das cuenta. Todos estos años la habían estado guardando en la recámara. Porque hay tiempo, pero el tiempo pasa. Y un día, ese día empañado, la disparan. Y joder, cómo silba. Ese tiene que ser el sonido que se oye al esquivar una bala. La ráfaga de preguntas, que de repente te desangra. Que ya pasas de los treinta. ¿Y la familia? La familia bien, gracias. ¿Y el trabajo? Pues quizá no tenga que escoger, porque parece que esta sociedad avanza. ¿Éxito? ¿Alguien me puede explicar qué significa exactamente esa palabra? María, Cristina, Esther. Todas. No hay quien entienda a las mujeres porque las mujeres no hablan. Y no, ninguna tiene una vida perfecta. Y sí. Aunque tengas familia, trabajo y éxito, habrá muchos momentos en los que te sentirás una auténtica fracasada. A lo mejor esta vida no va de ser la mujer perfecta en casa, en la oficina, en la calle y en la cama. Ya era hora de que una de nosotras cogiese la cámara y lo contara. Déjate llevar, tres de treinta y esas crisis vitales que hasta ahora estaban silenciadas. La mejor serie de Cannes, tres de treinta interpretándonos a todas. Por fin se rompe el silencio. Sentirnos, por fin, acompañadas. Porque a todas nos pasa.