Las especialidades no fracasan, fracasan los modelos

Julián Álvarez LÍNEA ABIERTA

OPINIÓN

23 feb 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Son malos tiempos para la reflexión. Lo urgente no nos deja hacer lo necesario y la inmediatez en las decisiones impide el sosiego y la confrontación de ideas.

Nadie ignora que en Sanidad las aguas bajan turbulentas, y en estas crisis repetidas muchos hemos intentado opinar, en mi caso con escaso éxito, sobre un modelo de organización sanitaria que parece tener los pies de barro.

Recientemente, en un medio de comunicación, se entendió que había expresado que la Medicina Familiar y Comunitaria había fracasado. No voy a echar la culpa al periodista, que a buen seguro recogió perfectamente mis declaraciones, pero es evidente que me expresé mal. Las especialidades no fracasan y yo sería un necio si pretendiera dictaminar ese fracaso. Lo que realmente quise decir es que había fracasado el modelo organizativo.

Sin una medicina primaria resolutiva y con capacidad de tomar decisiones, es evidente que los hospitales no van a soportar la sobrecarga asistencial, y el sistema colapsará a buen seguro.

No tengo ni idea de cómo se puede articular un nuevo modelo organizativo, sigo pensando que debe ser más coordinado, pero es solo una idea a debatir, aunque como los de mi generación sigo enamorado del antiguo National Health Service previo a las reformas de Margaret Thatcher, por más que muchos expertos sostienen que era un modelo ineficaz e ineficiente.

Honestamente, tampoco sé cuál es el presupuesto óptimo para la Sanidad, pero soy de los que cree que tendremos la Sanidad que podamos pagar. Pero si debemos opinar del destino final de ese presupuesto, no debería repartirse a priori, sino que debería acompañar al enfermo en su recorrido a través del sistema, de forma que satisfaga necesidades asistenciales reales, y no esa pasión por ser los que más hacemos, es decir, los que más tratamos.

En sanidad hay que hacer lo que se debe, cuando se debe y solo lo que se debe. Y es evidente que no se debe pontificar, y menos de lo que no se sabe.

Si mis opiniones, incorrectamente expresadas, han ofendido o molestado a algún compañero, lo siento. No era mi intención y mucho menos implicar a la Facultad de Medicina y Odontología en este debate de estas características.

Espero que quede claro, que lo que realmente pienso es que el modelo ha fracasado, y que si no se reforma el fracaso será irreversible y lo van a pagar los enfermos, como siempre.