Demasiadas fobias

Francisco Ríos Álvarez
Francisco Ríos LA MIRADA EN LA LENGUA

OPINIÓN

16 feb 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Los niños siempre tienen un espacio en la prensa. Accidentes, delitos de los que son víctimas, la educación, las vacunas, otros asuntos relacionados con la salud... y ahora el rechazo hacia ellos en algunos lugares, un fenómeno que se está denominando antiniñismo y niñofobia.

En español existe cierta tradición en la construcción de términos que expresan rechazo o aversión. Cuando son sustantivos suelen formarse a partir del nombre de lo que causa esas reacciones y el elemento compositivo -fobia, adaptación del griego -phobía. A su vez, el primer término procede con frecuencia de una voz griega, como, por ejemplo, en nosofobia (de nósos ‘enfermedad’ y -fobia), ‘miedo a la enfermedad’; o en xenofobia (de xeno ‘extranjero’ y -fobia) ‘fobia a los extranjeros’.

Son varias las palabras referidas a los menores en las que se percibe el griego paîs, paidós (‘niño’), que unas veces se plasma en paido- y otras en pedo-. Con la primera forma aparece, por ejemplo, en paidología, la ciencia que estudia todo lo relativo a la infancia y su buen desarrollo físico e intelectual, así como en paidofilia y otras voces derivadas de esta. En este segundo caso, sin embargo, han prosperado las alternativas con pedo-, como pedófilo y pedofilia, la atracción sexual de adultos hacia los niños.

Si seguimos ese modelo constructivo, para designar el rechazo hacia los niños podemos unir paido- ‘niño’ y -fobia en paidofobia. En el uso alterna con pedofobia. Ninguna de las dos está en los diccionarios de lengua. Se emplean con dos sentidos: rechazo a los niños y temor que causan estos, por ejemplo a quien tiene dificultad para asumir responsabilidades respecto a ellos.

A la aversión a los niños también se le da el nombre de misopedia, igual que en inglés, idioma en el que se emplea asimismo como misopaedia, al que el Oxford pone la nota de raro y define como «odio o aversión a los niños». Miso-, del verbo griego que significa ‘odiar’, forma compuestos cultos como misantropía (‘rechazo al trato con otras personas’) y misoginia (‘aversión a las mujeres’).

El caso es que casi todos estamos en algún grupo social que nos hace objeto de fobias, desde la paidofobia a la gerontofobia, pasando por la efebofobia y la ginefobia... que no es la fobia a los ginecólogos, sino a las mujeres.