Lo siento, nada

Tamara Montero
Tamara Montero CUATRO VERDADES

OPINIÓN

11 feb 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Esta es una llamada de auxilio. Un grito desesperado intentando ahuyentar a la fiera. Quizá sea demasiado tarde, porque ya empiezo a notar como se clavan las garras. El aire es espeso y empieza a tener el sabor de la leche cortada. La luz artificial de estos focos se ha vuelto áspera. Las teclas se hunden bajo las yemas de los dedos y ese sonido que normalmente consuela hoy solo amarga. Gestos mecánicos de inutilidad demostrada. Las manos que se van a la cabeza. La pantalla en blanco que hoy obliga a bajar la mirada. Una lección de humildad para los que a veces piensan que tienen derecho a desafiar a la nada. Maldita soberbia. Está claro que esto no es más que un montón de palabras que solo dicen que mejor sería pulsar el botón y cerrar la tapa. Pero ay. El instinto, que obliga a seguir dando brazadas. A continuar ensayando este ejercicio de equilibrismo sobre una cuerda que ya estaba deshilachada. Ha llegado la hora. Dicen que escribir tiene que ser vergonzoso. Que no sirve si no despedazas tu alma. Allá vamos. Un salto mortal en esta columna quebrada. Seguir tecleando porque es mucho peor estarse callada. Aquí viene la confesión a pie de página. Hay un día que inevitablemente, pasa. Que la inspiración no aparece, por mucho que la llamas. Que los plazos empiezan a ser asfixiantes y la creatividad te falla. Lo siento. Llegó mi hora. Esta semana no se me ha ocurrido nada.