Aquí no hay «guai fai»

Francisco Ríos Álvarez
Francisco Ríos LA MIRADA EN LA LENGUA

OPINIÓN

26 ene 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

E n una pared de un restaurante de la ciudad colombiana de Barranquilla puede leerse este texto: «No hay guai fai. Hablen entre ustedes». El consorcio que en su día desarrolló una novedosa tecnología para la interconexión inalámbrica de dispositivos electrónicos, no se imaginaba las consecuencias del encargo que hizo a una agencia de publicidad para que crease un nombre para aquella. Querían algo breve y eufónico. Y surgió Wi-Fi.

¿Cómo nombrar en español esa tecnología, tan presente en la vida de quienes usan un ordenador, una tableta o un teléfono móvil? Aunque inicialmente era una marca registrada, hubo que plantearse su adaptación gráfica para emplearla como nombre común, como lo es el de cualquier técnica o procedimiento. Hay quien no lo meditó mucho y usó directamente la transcripción fonética del inglés. De ahí el guai fai de antes, usado sobre todo en la lengua oral, quizá porque quienes lo emplean escriben poco... aunque pronuncian a la inglesa las voces traídas del norte. Así, oímos al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, preguntar a su audiencia en un mitin: «¿Ustedes saben lo que es el wifi?». Por si no lo entienden, añade: «Guaifei...». Ya para enardecer al gentío promete «Internet, guaifi gratis».

Por aquí hay quien se pregunta por qué Wi-Fi no se ha adaptado como güifi. Pues porque en la Academia todavía escuece la herida de cuando le echaron güisqui. Ahora, aprendida la lección, la RAE conserva la w en los préstamos cuyo étimo la incluye, como en waterpolo y en web, lo que nos ha ahorrado unos exóticos guaterpolo y güeb.

Lo mismo ocurre con la k, que dejamos de sustituir sistemáticamente por c o por qu. Estos nuevos planteamientos dieron pie a que la Ortografía del 2010 propusiese una muy razonable adaptación de whisky como wiski, aunque, lamentablemente, llegó tarde. La Academia lo reconoce implícitamente cuando no lo sirve en su diccionario, el mismo donde conviven el whisky inglés y el güisqui de la casa.

Esa nueva consideración de la w es lo que ha llevado a crear a partir de Wi-Fi el sustantivo wifi, con una grafía que permite relacionarlo fácilmente con su étimo y que se articula [güifi]. Vemos menos explicable que también se haya incorporado al Diccionario la variante wi fi, en dos palabras, ninguna de las cuales tiene significado por sí misma. Pero seguro que hay alguna justificación que se nos escapa.