El «apartheid» gallego: ¿del gallego?

Uxio Labarta
Uxío Labarta CODEX FLORIAE

OPINIÓN

25 ene 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Que Vox siga, frente al Partido Popular, la estrategia a la que este se sumó en las protestas promovidas por Galicia Bilingüe por el decreto de enseñanza del Gobierno de Emilio Pérez Touriño, no sorprende. Trabajan un caladero tradicional para ellos, por más que sus proclamas del apartheid del castellano no se sostengan en la realidad.

Galicia Bilingüe en su web abre un enlace donde recorre la enseñanza y uso de las lenguas en distintos países. Acude a Irlanda, entre el inglés y el gaélico, y plantea para España su propia política y alternativa. Sin embargo se olvida por ejemplo de la enseñanza bilingüe en el País Vasco. Viene ello a cuento porque, mientras aceptan el sistema irlandés e ignoran el vasco, olvidan un estudio de Josu Mezo, El palo y la zanahoria, que compara el sistema extensivo irlandés, el palo, con el intensivo del País Vasco -la zanahoria-, donde los resultados para el idioma minoritario son inversos. El del gaélico un fracaso y el euskera un éxito.

Xosé Luís Barreiro, en A terra quere pobo, señala que los gallegos tenemos aversión a los diagnósticos realistas. Nos sentimos confortados mientras nos mantenemos como un enfermo asintomático, que se niega a que lo diagnostiquen. En Galicia abundan datos, análisis e incluso diagnósticos. También sobre las lenguas y sus políticas. Barreiro se atreve a revisitar la normalización lingüística y sus instrumentos, RTVG incluida, mirando al futuro que reclama.

Los datos del Instituto Galego de Estatística, entre otros, permiten explicar con certeza la evolución del uso del gallego y el castellano. Entre los análisis y estudios sobrancean aquellos de Henrique Monteagudo, la Real Academia Galega y el Consello da Cultura Galega, percutiendo en el tiempo. Y evidencian lo contrario de lo voceado por Vox, también por Galicia Bilingüe, no solo en la enseñanza.

Como señala Monteagudo con los datos del IGE de 2013, a la espera de los de 2018, el gallego está en franco retroceso. Los gallegos hablantes son apenas un punto más de la mitad, y entre los menores de 14 años solo el 25 % usan el gallego como lengua vehicular, mientras que casi el 50 % usa el castellano. Se incrementa además el número de personas que se declaran bilingües, particularmente bilingües iniciales. Sobres tales realidades, y no sobre perspectivas más ideológicas, es donde se precisa establecer el diagnostico, ese que nos disgusta. Por ello una de las propuestas de Henrique Monteagudo es especialmente pertinente: sostiene que es en las zonas del bilingüismo, bien mayoritario en gallego, bien mayoritario en castellano, donde se jugará en buena parte el futuro del idioma gallego. No solo porque el bilingüismo refleja una realidad que evoluciona, sino porque tal evolución puede ir en un doble sentido: un bilingüismo recuperador para restituir el gallego, o un bilingüismo de sustitución, orientado a su supresión. En ello podríamos pensar.