La feria de las vanidades

Eduardo Riestra
Eduardo Riestra TIERRA DE NADIE

OPINIÓN

13 ene 2019 . Actualizado a las 09:41 h.

Dice el humorista Javier Cansado que la política es algo que le agobia y le distrae de lo que verdaderamente quiere hacer. Pero los medios, sobre todo los telediarios, son aparatos de propaganda de la divina comedia, o cómo diría Thackeray, de la feria de las vanidades. Se ha decidido que toda actividad o declaración, generalmente expresada con una artificialidad y un aburrimiento extremos, de cualquier político es noticia, como nos han hecho creer que sólo el futbol -y cualquier estúpido suceso de alguno de sus jugadores más conocidos- existe fuera de aquella. Pero existe también la enfermedad, la música, la soledad, la lectura, la tortilla de patatas, la ciencia, el mar y la risa. De Vanity Fair acaba de publicar Alba una espléndida traducción de Miguel Temprano, que les recomiendo, y con eso, obviamente, el tiempo de la lectura, porque es un tiempo sin telediarios, un tiempo de libertad. Yo a Cansado lo veía actuar con Carlos Faemino en el parque del Retiro en los primeros ochenta. Allí representaban una versión peculiar del Ricardo III de Shakespeare que me entusiasmaba. Un patochada inteligente y muy divertida. Pero uno tiene la sensación de que, como dicen en el fútbol, algunos nos están achicando los espacios. La política hace que el país sea cada día más pequeño y aburrido, y uno lamenta que el papel de Rufián le haya tocado a Rufián y no a Faemino y Cansado. Entonces yo pagaría por ir al Parlamento. Menos mal que nos quedan las crónicas de Wenceslao Fernández Flórez.