Pepe Solla y su conciencia

Sofía Vázquez
Sofía Vázquez ESTADO BETA

OPINIÓN

09 ene 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Es de cobardes el callar y no denunciar que el vecino del sexto se viene arriba cada vez que le da una paliza a su mujer. Es de salvajes silenciar el caso de esos dos chavales que cargan en su mochila moratones de un cinturón. Es de animales argumentar que el silencio previo a la muerte de una mujer obedecía a «era una cosa de ellos». Es de inhumanos intentar pescar en un caladero de cuatro millones de votos que se estima están detrás de la cruzada de los partidos que quieren ir en contra de esa violencia de género.

Colgar un cartel puede servir para que el umbral del establecimiento de Pepe Solla no lo cruce ni un maltratador por acción o por omisión. Es cuestión de valentía.