Ministra, a fregar

Mariluz Ferreiro A MI BOLA

OPINIÓN

SERGIO LIMA | AFP

09 ene 2019 . Actualizado a las 07:55 h.

A la gente que lo tiene todo tan claro hay que exigirle coherencia. Los que caminan sobre cemento y no sobre tierra blanda y mortal deben dar pasos firmes, siguiendo la inalterable flecha de sus sólidos principios, para que el golpe de sus zapatos contra el suelo resuene. Por eso lo natural y congruente es que la ministra de Familia de Brasil se vaya a su casa a fregar. Váyase, señora Alves. Las revoluciones no pueden hacerse a medias, con frases bonitas. «Los niños visten de azul; las niñas de rosa». No basta. No es suficiente. Hay que actuar. O, en este caso, no actuar. Deje a los que saben. A los de azul. A los hombres. ¿Por qué ha accedido a formar parte de un Gobierno? ¿Por qué situarse al frente de un ministerio? ¿Por qué mandar habiendo tantas alternativas? No se deje liar por ese par de periodistas brasileños que se han intercambiado los colores sin respetar las antiguas fronteras. Como espíritus burlones. Ella, azulada. Él, rosita. Son la canallesca. Los medios, ya lo sabe. Pregúntele a Donald Trump y a su propio jefe. Siempre enredando. Para que nadie se confunda, asuma su naturaleza. Sea un ejemplo para el pueblo. Que a su paso se abran las aguas del mar multicolor. Póngase el mandil y cuide de su hogar. Tanto protagonismo público no puede ser bueno. Un poco de sumisión y de humildad. Viva el rosa por dentro y por fuera. Hágase ese favor. Usted dice que se subió a un árbol de pequeña con intención de lesionarse, pero que Jesús se le apareció con su barba y su traje largos para ordenarle que bajara inmediatamente. Entienda el mensaje. Es usted pastora evangélica. Deje en paz a las pobres ovejas y vuelva al redil.