No, Famous no solo ha ganado Operación Triunfo. La victoria de un chico negro de 19 años que ni siquiera había visto la edición anterior es la de la España que muchos queremos que nos represente. Su sueño era, desde que vio a César Sampson en Eurovisión, subirse a ese escenario. Y la vía para lograrlo se llamaba OT.
Me atrevería a decir que lo mejor de esta edición ha sido su cara desencajada al escuchar su nombre. Un rostro de descoloque absoluto que debería recolocar a muchos, porque la identidad nacional no atiende al color de nadie. Pronto se convertirá de nuevo en candidato para optar a su soñado festival con una canción que, como casi todo, le entusiasma. A la pregunta de por qué le hace tanta ilusión, Famous dijo esto: «Veo como que la población negra está menos valorada. Que una persona negra represente a España en Eurovisión sería algo brutal».
Lástima que a las puertas de un nuevo año siga siendo brutal y no un orgullo. Y que esa representación multirracial de este país no trascienda de la televisión a otras esferas. Él nació en Ámsterdam, pero ha hecho de su pueblo su bandera. Que pregunten en Bormujos si Famous es menos sevillano por ser negro. Y, de paso, que levanten la mano todos los que conocían Bormujos antes de conocerlo a él.