El parto domiciliario: un riesgo innecesario

Equipo Ron FIRMA INVITADA

OPINIÓN

13 dic 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Escribimos estas líneas todavía sobrecogidos por la noticia del fallecimiento de un recién nacido en un parto domiciliario. Nada podrá consolar la tristeza de esos padres. En los últimos años hemos asistido a un creciente interés por el parto en casa, sobre todo desde un punto de vista mediático.

Se trata de una práctica infrecuente en nuestro país, donde no existe una infraestructura coordinada con las unidades de obstetricia y pediatría para hacer frente a posibles eventualidades no deseadas. No debemos olvidar que el parto es un proceso fisiológico pero no exento de complicaciones, muchas veces imprevistas, que pueden requerir la atención inmediata de un equipo multidisciplinar para asegurar la integridad de la madre y del recién nacido, una de las mayores conquistas de la ginecología.

Incluso en aquellos países con unos medios organizados existe una mayor mortalidad neonatal en los partos atendidos en domicilio.

La obstetricia actual en nuestro país promociona protocolos actualizados de parto mínimamente invasivo, en los que se acompaña a la madre en su proceso natural de parto, en un contexto hospitalario, con adecuado control materno, fetal y neonatal, en el que se pueda hacer frente a cualquier evento adverso si es necesario, con todos los medios profesionales y tecnológicos.

La toma de decisiones informadas sobre el parto por parte de las mujeres es un elemento clave de calidad de la atención hospitalaria, incorporando la dimensión familiar del parto, siguiendo las recomendaciones del Ministerio de Sanidad.

Su fin último es disminuir las tasas de mortalidad neonatal (por supuesto, también la materna).

Quien decide realizar un parto en casa, debe saber que corre un riesgo materno-neonatal innecesario.