¿Seguirá el régimen socialista en Andalucía?

César Casal González
César Casal CORAZONADAS

OPINIÓN

JON NAZCA | Reuters

02 dic 2018 . Actualizado a las 09:55 h.

Andalucía es la poesía de Caballero Bonald, el oloroso, tres cuartos de roble y nuez. Pero es también los chalecos amarillos, la Andalucía de los que madrugan. Andalucía es un paraíso, del espejo de la nieve en Sierra Morena al espejo del mar que brilla dorado en el Mediterráneo. El viento de Tarifa y la mirada desesperada al Peñón. Hoy se presentan ante las urnas los cuarenta años de régimen socialista. ¿Logrará Susana Díaz, que le gusta pintarse como La libertad guiando al pueblo, la enésima reválida del PSOE? No. La última ya fue con un muletazo de Ciudadanos, que vale para un roto en Madrid y para un descosido en Andalucía. El poder desgasta al que no lo tiene. Pero elección tras elección va empequeñeciendo al que lo ejerce. La oferta es tan dramática como en el resto de España. Menudos carteles electorales que tenemos en nuestra política. De Susana Díaz, que podría andar por los cuarenta escaños, a Teresa Rodríguez, que podría ser segunda fuerza por la izquierda, mientras mira cómo por la derecha se despedazan PP, Ciudadanos y, atención, Vox. Teresa Rodríguez, la Michelle de los Obama de Cádiz, sale como la más valorada en las encuestas, pero veremos al final cuánto le recorta a Susana Díaz. Y es que desde el centro hacia la derecha y la extrema derecha, todo será carnicería. Veremos el efecto corrector que hoy introduzca quien decida pensarse un poco de verdad el voto y no tirarse a la selva de Le Pen en versión andaluza. Según cuánto se maten de ese centro hacia la extrema derecha, Teresa Rodríguez, la anti Pablemos de Podemos, podría consolidar esa segunda posición o no. La metadona de las encuestas daba a veces un triple empate entre Podemos, CC y PP, pero con una ligera ventaja a Podemos. Y es que irrumpió el supremacismo y supermachismo de Vox en la agenda. Sería la primera vez. ¿Sucederá? Solo valen los votos que hablan y se cuentan en la boca de las urnas y esas cantarán esta noche para que todos salgamos de dudas. Lo que sí parece claro es que tendremos otro Parlamento ingobernable. ¿Ingobernable hasta que al comodín de Ciudadanos, otra vez, o, por qué no, a Teresa Rodríguez les apetezca tocar poder? ¡Viva Lorca!: «Por tu amor me duele el aire, el corazón y el sombrero».