Cervantes y el Rey del Cachopo

OPINIÓN

01 dic 2018 . Actualizado a las 09:39 h.

La detención de César Román nos ha puesto ante un problema ortográfico: cómo escribir la expresión que acompaña e incluso sustituye a su nombre: el rey del cachopo. Esta denominación aparece en los periódicos como el Rey del Cachopo, el Rey del cachopo y el rey del cachopo, muchas veces con una injustificada letra cursiva o entre comillas. La clave está en si rey del cachopo es un apodo o no.

Según la Ortografía, los apodos y alias son denominaciones de carácter descriptivo basadas en algún rasgo o condición de la persona a la que nombran, que se utilizan acompañando a su nombre propio o en sustitución de este. Se escriben siempre con mayúscula inicial y habitualmente precedidos de artículo. Añade los ejemplos de Lola Flores, la Faraona; Sandro, el Gitano; José Nemesio, alias el Chino... Si solo leyésemos hasta aquí, rey del cachopo sería un apodo y, en consecuencia, debería escribirse con mayúsculas: el Rey del Cachopo.

Sin embargo, la Ortografía dice también que «las aposiciones explicativas de carácter descriptivo que acompañan recurrentemente a determinados antropónimos o topónimos deben escribirse con minúsculas, incluso cuando por su solidaridad con el nombre propio puedan llegar a utilizarse en su lugar». Y pone estos ejemplos: «Cervantes, el manco de Lepanto; Sorolla, el pintor de la luz; Venecia, la ciudad de los canales». También podría encajar aquí el Rey del Cachopo, lo que exigiría su escritura con minúsculas.

Según lingüistas de la Academia, solo los apodos o alias actúan siempre como verdaderos nombres propios y pueden usarse sin el antropónimo al que están vinculados: el Libertador, el Greco... esto sería aplicable hoy al Rey del Cachopo, cuyo nombre real pocos tienen en mente. El planteamiento teórico es impecable, pero en la práctica siempre habrá casos que lo cuestionen. Porque, al igual que el Rey del Cachopo, habría que escribir el Violador del Ascensor, el Violador de Pirámides, el Violador de la Verneda... denominaciones alternativas a sus nombres. Varios pasteleros presumen del título de rey de las tartas. ¿Vamos a escribirlo con mayúsculas?

La Ortografía usa como ejemplos de apodo Gitano y Chino, pese a que su identificación con los respectivos nombres propios de ambos personajes no es unívoca, pues hay muchos gitanos y chinos. Sin embargo, aunque en la batalla de Lepanto se debieron de perder muchos brazos, para nosotros el único soldado que regresó manco fue Cervantes, que debería ser entonces el Manco de Lepanto, con una mayúscula que le niega la Academia, primero en la Ortografía y ahora en el Libro de estilo de la lengua española, aparecido esta semana, donde emplea como ejemplo «Miguel de Cervantes, alias el manco de Lepanto». ¿En qué quedamos? ¿Es un alias o apodo, que exige mayúscula, o una simple aposición descriptiva?