Obscura substancia

Francisco Ríos Álvarez
Francisco Ríos LA MIRADA EN LA LENGUA

OPINIÓN

10 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

En su Tesoro de la lengua española castellana (1611), Sebastián de Covarrubias dice que el río Guadiana «se absconde y buelbe a naçer otra vez». Cervantes acababa de escribir en el Quijote (1605): «... sean testigos desta verdad los cielos, a quien ninguna cosa se asconde». Estamos asistiendo a un proceso de simplificación del grupo -bs- en -s-, que también se daría en otras palabras. Absconder y asconder, en desuso desde el siglo XVII, convivían con la forma que ha perdurado, esconder, que ya aparecía en el Fuero de Soria (1196): «... mengua o esconde o encubre alguna cosa que la non da apartir alos herederos que la deuen auer».

En español, cuando hay dos o tres consonantes consecutivas en el interior de una palabra, alguna de las primeras tienden a relajar su articulación, que llega a desaparecer en el habla más descuidada. Así, hay quien dice asceso por absceso o atitud por actitud.

En el caso de palabras con el grupo -bs- a final de sílaba, en general cultismos de origen latino, hay varias en las que la simplificación en -s- se ha instalado en la lengua culta. El planteamiento de la Academia al respecto ha cambiado a lo largo del tiempo. Inicialmente (su primer diccionario fue apareciendo entre 1726 y 1739) prefirió las formas con -bs- en obscuro, subscribir, substancia, substantivo, substituir y substraer, pese a que algunas de esas palabras ya las recogía Nebrija en 1495 sin la b ante la s: sustancia, sustantivo, sustituir. Se impuso entonces el planteamiento de reflejar los grupos consonánticos de los étimos latinos obscurus, subscribere, substantia, substituere y substrahere.

A principios del siglo XIX hay un cambio de postura de la Academia, que introduce en su diccionario las variantes oscuro, suscribir, sustancia, sustantivo, sustituir y sustraer, que prefiere a las variantes con -bs-, que no desaparecen. Pasada la mitad del siglo XIX vuelve atrás y da preferencia a las formas más etimológicas, planteamiento que mantiene hasta tiempos recientes. En el Diccionario de 1992 vuelve a optar por la simplificación y en la Ortografía de 1999 se pronuncia así: «En las palabras obscuro, subscribir, substancia, substitución, substraer y sus compuestos y derivados, el grupo -bs- se simplifica en s». La última edición de la Ortografía, del 2010, mantiene la recomendación de usar con preferencia las grafías con reducción del grupo consonántico cuando esta es general en la pronunciación culta. Parece que de esta no hay vuelta atrás.