¿Serán eficaces las medidas para contener la factura?

José Luis Sancha EXPERTO EN MERCADO ELÉCTRICO DE LA UNIVERSIDAD PONTIFICIA COMILLAS

OPINIÓN

29 oct 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Vuelve de nuevo, si es que alguna vez se había ausentado, el debate sobre el precio de la luz. El Gobierno anuncia medidas para contener el aumento de la factura. Pero la Administración no es el único agente en el sistema eléctrico. No obstante, es evidente su mayor capacidad de influencia, lo que justifica que, ante situaciones como la actual, las miradas se vuelvan hacia ella esperando «medidas eficaces». Tiene la responsabilidad de fijar el modelo eléctrico, en congruencia con la política energética y con el resto de objetivos económicos, fiscales, medioambientales y sociales. Tiene, además, la autoridad para establecer el tratamiento de los costes regulados del sistema eléctrico y los impuestos aplicados, lo que en definitiva lleva a que dos tercios de la factura estén directamente relacionados con decisiones administrativas.

Este doble ámbito de responsabilidad se materializa en decisiones de muy diferente impacto temporal, desde escenarios a largo plazo (sostenibilidad de modelo económico y social, incorporación de energía renovable, reducción del CO2, tratamiento de la pobreza energética...), a medio plazo (muy especialmente la fijación de los peajes eléctricos que se hace en diciembre de cada año) y a corto plazo ante situaciones coyunturales. Hay que reconocer a la actual Administración, personalizada en Teresa Ribera, la sensibilidad de captar el estado de opinión de los consumidores, muy insatisfechos con el suministro eléctrico. En su comparecencia ante el Congreso del 19 de septiembre, formuló en voz alta muchas de las preguntas que se plantean los consumidores, y anunció varias actuaciones que se han concretado finalmente en un real decreto ley aprobado el 5 de octubre. ¿Qué medidas son las más importantes?

Aumentar la flexibilidad en la contratación de la potencia (escalones de 0,1 kilovatios). Esta decisión ayudará a los consumidores a seleccionar la más adecuada y a reducir este término de la factura que actualmente tiene un precio de 41 euros por cada kilovatio contratado. Rebajar temporalmente (durante los próximos seis meses) del 7 al 0 % el impuesto a la producción eléctrica. Es una medida que, si los generadores efectivamente trasladan a sus precios de oferta al mercado eléctrico, reducirá el importe total de la factura del consumidor medio en un 2,5 % (17 euros/año). Este limitado alcance de la medida podría incluso verse anulado a medio plazo dado que el impuesto se destina a financiar los costes fijos del sistema. Mucho más efectivo sería suprimir el impuesto especial de la electricidad, que reduciría la factura en un 6 % (40 euros/año). Varios sectores industriales disfrutan desde el 2013 de una reducción del 85 % de este impuesto, que se destina a financiar a las autonomías.

Actuaciones complementarias

De cara al nuevo año serían deseables actuaciones complementarias de mayor calado. El que el precio de la electricidad en España sea significativamente mayor que el medio de la UE y el que su senda de crecimiento sea varias veces superior a la del IPC, exigirían medidas correctoras.

Profundizar en el tratamiento de la pobreza energética prorrogando el plazo de renovación del bono social eléctrico hasta finales de año, ampliando un 20 % la energía eléctrica sujeta a bonificación y acogiendo a familias monoparentales dentro del colectivo de beneficiarios -medidas ya aprobadas-. Se establece un nuevo bono calefacción en forma de cheque directo a consumidores vulnerables. La anunciada prohibición de que las comercializadoras libres contraten la luz puerta a puerta es un primer paso que debería ser completado por actuaciones más directas y efectivas. Es urgente mejorar la formación de los consumidores: un 70 % no entienden la factura y únicamente un 25 % de los potenciales beneficiarios del bono social lo han solicitado.

Falta de información

Los consumidores tienen una capacidad de actuación que apenas utilizan por falta de información. Adecuar la potencia contratada, orientar el consumo hacia horas valle de precios más bajos (a finales de este año los contadores serán todos digitales), contratar tarifas de acceso con discriminación horaria, beneficiarse de las ayudas sociales, son ejemplos de actuaciones que tendrían un reflejo inmediato en su factura de la luz. A largo plazo, las medidas de fomento del autoconsumo deberían ayudar a los consumidores a gestionar mas eficientemente sus necesidades energéticas.