Bendita seas, rebeldía

Xose Carlos Caneiro
Xosé Carlos Caneiro EL EQUILIBRISTA

OPINIÓN

15 oct 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

En ocasiones pierdo memoria de mí mismo. Y ya no me recuerdo. Quizá por eso he acudido a uno de mis libros viejos, esos que conservo y releo con gozo. Confieso que la novedades me interesan cada vez menos. Ya todo es pasado. Mi personal descripción quisiera ser un lejano, ojalá, epitafio: «Aquí yace un conservador, católico, provinciano y políticamente incorrecto». Añádanle, por favor, el adjetivo rebelde. Lo he sido y lo sigo siendo. A mí manera, pero no conozco otra libertad que ser fiel a la conciencia. Así fue. Así es. La conciencia, como los gatos, no puede domesticarse. La mía, tampoco. Por sus arrabales camino, venteándome de melancolía. De libros viejos, decía. Uno de ellos me acompaña sobre la mesa de trabajo. Lo observo con las páginas caídas, amarillento, y subrayado con lápiz, probablemente un Staedtler tradition 2B. La edición es de 1982, cuando los veinte años me temblaban en los poros y los labios rebordaban pasión con besos, café con gotas, y cigarros que me hacían reír. Qué feliz era sin saberlo. Con mis libros, en «maradonescos» rizos las melenas, y con ansias de cambiar la literatura, o sea, el mundo: mi mundo era la literatura. Recitaba poemas con Ángel, que venía de la Ciudad de los Muchachos del Padre Silva: su guitarra era, en cada cuerda, el paraíso. Militaba donde la izquierda borraba con goma de borrar todos los límites: allá el caos nos haría libres. Escribía poemas a Víctor, el vecino del segundo, un militante clandestino y comunista, a mucha honra. Y protestaba. Como ellos. Me los recuerda mi periódico estos días contando manifestaciones juveniles. Ni patria, ni bandera, ni rey, ni orden, ni nada que se le parezca. Los jóvenes de la izquierda, de Galiza Nova o del catalanismo suicida. Ellos son el futuro, pero su futuro no será el mismo. El presente también es como el gato: infiel. Años más tarde lo verán como yo lo veo, sin apenas recordarlo.

Quedan las frases subrayadas del libro citado. Edición de bolsillo de Alianza Editorial, 1982, El hombre rebelde, de Albert Camus. Es, como toda su obra, un tratado filosófico que solo pretende justificar su piedra angular: L’Étranger. Lo escribo en francés porque la traducción española nunca me pareció exacta. En realidad, es confusa. No debiera ser El extranjero, sino El extraño. No les voy a hablar del maestro. Léanlo. Tantos años después comprendo, como también comprendía el eximio Camus, que uno debe ser rebelde incluso (y sobre todo) contra sí mismo. Bendita seas, rebeldía.