El bolígrafo del supremacista Torra

Laureano López
Laureano López EL ENFOQUE

OPINIÓN

JOSEP LAGO | Afp

03 oct 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Algunos bolígrafos han escrito las páginas más memorables, dejando su tinta al pie de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, o deslizándola, como por arte de magia, sobre los folios en blanco de Cien años de soledad. Otros han corrido peor suerte: firman una sentencia de muerte, o detallan el triste final de mil niños en la arena de una playa, a las puertas de El Dorado. Un bolígrafo no elige qué tipo de bolígrafo ser. Un ser humano sí: puede decidir seguir siendo un ser humano, o dejar de serlo. Este iluminado de nombre Quim y de apellido Torra anda en ello. De su bolígrafo salieron decenas de escritos racistas y supremacistas. De premio, la Generalitat, qué pena de Cataluña. Ahora hace de Villarejo, y busca mártires -«apretad, hacéis bien en apretar»- para un viaje delirante que solo tiene un destino: el fracaso. Si el pobre bolígrafo de Torra pudiera escapar de sus fauces y expresarse libremente, correría a secarse el capuchón y a escribir su cese fulminante.