De mosquita a viuda negra

Yashmina Shawki
Yashmina Shawki CUARTO CRECIENTE

OPINIÓN

27 ago 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Es un personaje interesante. No porque sea una persona a la que imitar por su valía, talento, esfuerzo o creatividad, sino porque es un arquetipo de nuestra crónica negra. A la espera de lo que dictamine un juez, Conchi, la viuda negra de Alicante, presunta asesina de su cuarto marido, es un carácter que da para escribir una buena trama literaria. Aunque sigue habiendo muchísimos interrogantes, crecen las certezas sobre sus problemas psicológicos. Conchi es una mujer sin ningún talento destacado, víctima de unas circunstancias familiares poco propicias, pero, sobre todo, de su ambición, su avaricia y sus malas decisiones. Una de cinco hermanos y huérfana de padre, probablemente soñaba con escapar de su pueblo, Onil. Tuvo dos hijos, una niña extra matrimonial, que consideró una carga, y un chico con cuya custodia se hizo el padre, su primer marido. Le siguieron dos matrimonios más, el tercero violentamente interrumpido por la muerte del esposo. Y con 45 años y un amante sin oficio ni beneficio decidió engatusar a un cuarto para, con un nuevo timo, obtener dinero. Pero, algo falló porque, ella y su amante, decidieron acabar con el cónyuge 15 días después de la boda. Y, de nuevo, la mala suerte. Porque en el lugar del crimen, un párking sin cámaras, les vio una policía fuera de servicio. Atrapados con la ropa aun ensangrentada ella siguió fingiendo una invalidez que no tardará en ser clínicamente desmentida. Queda averiguar cuándo la mosquita muerta se transformó en viuda negra.