Los padres y el fútbol infantil

Ignacio B. de Castro PASOS SIN HUELLAS

OPINIÓN

19 ago 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

ha vuelto a ocurrir. Dos padres fueron multados por una pelea que progatonizaron durante un partido de fútbol cadete. Según parece el árbitro se libró en esta ocasión de la ira de semejantes personajes. Es frecuente que este tipo de exaltados, en vez de golpearse entre ellos, la tomen contra un imberbe colegiado que disfruta de su fin de semana ejerciendo de juez. 

A estos papás que se creen que alguien ha urdido una conspiración judeo masónica contra su pequeño Messi no es suficiente que se les castigue con una multa. El ejemplo que están dando a estos muchachos es nefasto.

Habría que prohibirles por una buena temporada la entrada en un complejo deportivo. Los chavales van a hacer deporte y a socializarse. Solo eso. Y parece que muchas veces esto se olvida.

Estos individuos acuden a los encuentros con la única intención de, durante un rato, olvidarse de sus complejos y frustraciones cotidianas. Animan a los chavales a no pasar la pelota y a ganar ellos solos el partido.

Alguno hasta suele contar esa gastada historia de que si no se hubiera cruzado en su vida aquella estúpida lesión hoy existiría una peña con su nombre en cada rincón de España. Lo sé porque cuando mi hijo era niño presencié cientos de estos partidos y numerosas de estas dantescas trifulcas.

Mi amigo Ignacio Goenaga y yo tuvimos que contenernos en multitud de ocasiones para no llamarles la atención. Quizás por habernos reprimido ambos conservemos los dos ojos.