¿Por qué no dejamos la educación de una vez en paz?

César Casal González
César Casal CORAZONADAS

OPINIÓN

M.MORALEJO

31 jul 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Galicia se levantó de la reunión con la sonora queja de «yo invito y tú pagas». Necesitamos un modelo de educación pactado por los profesionales

Están muy bien los matices ideológicos, las diferencias de criterio, pero en este país abusamos de los colores partidistas. Necesitamos un modelo de educación pactado por los profesionales, que son los que saben. Los que llevan años en las aulas sacando adelante a generaciones y generaciones de críos.

Ya está bien de jugar con una mina tan relevante, el futuro nada menos, como es la de los alumnos. Los políticos solo deben firmar y suscribir lo que decidan los profesores, los que están al pie del encerado, los que conocen el sector. Las aulas no son corrales de cortijo.

Galicia se levantó de la reunión en Madrid, como cuenta hoy mi compañera Sara Carreira, con la sonora queja de «yo invito y tú pagas». De Moncloa salen las directrices, y las comunidades y sus gobiernos son meros convidados de piedra que encima tienen que financiar las ocurrencias de otros. Los padres, los chavales, los abuelos no se enteran de tanto cambio de materia, de evaluación. De aquella Formación del Espíritu Nacional a Religión, a Ciudadanía, a Ética...

Ahora viene el ataque que estaba cantado a los colegios concertados. Algo que bendijo el sumo sacerdote del socialismo, ahora con bastón, Felipe González, cuando se dio cuenta de que era imposible asumir los miles y miles de alumnos de los centros religiosos y que era mucho mejor y más rentable para el Estado llegar a un acuerdo con ellos, a un concierto.

Ese sistema funcionó durante décadas. Pero toca revisarlo todo, aunque el Gobierno sea un ajedrez imposible de 84 escaques y no pueda nada más que molestar. Ser ministro de Educación en este país es ser veleta. Como ser ministro de Sanidad es ser ministro de nada. El café para todos, y mucho más, de la transición partió España en mil desgobiernos y así pasó lo que pasó en lugares como Cataluña. Las clases como arma de educación masiva.

Los ministros de Educación y Sanidad se dedican a diseñar planes de partido y partidistas que luego tienen que pagar las autonomías Así es normal que el conselleiro de Educación Román Rodríguez se haya levantado y marchado. No falla. Al que va a cenar y paga el otro siempre le parece todo exquisito. A cero euros, ya me dirás.