Fernández Albor o la moderación en la política

Pablo Casado TRIBUNA

OPINIÓN

13 jul 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El presidente gallego Gerardo Fernández Albor nos deja como el gran referente político y humano, que supo poner, junto a Manuel Fraga, a Galicia en su lugar en España y en Europa. Fue el primer presidente electo democrático de Galicia que no fue buscando la política, sino que la política vino a él cuando los gallegos descubrieron en este prestigioso cirujano digestivo compostelano un ejemplo de prudencia, observación, estudio, experiencia y sobre todo, mucho «sentidiño».

Albor ha sido una de las personalidades que han dado forma al Partido Popular como un partido de raíces profundas, que surge del seno de la sociedad y que ejerce el gobierno con moderación y sentido de la responsabilidad.

No fue una época sencilla la que le tocó presidir Galicia. Junto a la siempre difícil tarea de poner en marcha el primer autogobierno en la historia de Galicia, tuvo que afrontar una etapa política muy convulsa y una situación económica muy compleja para Galicia y para España. Todas estas circunstancias las supo afrontar con la elegancia y la mesura que caracterizan a las gentes de Galicia.

Los cien años de vida de Gerardo Fernández Albor son un honor para todos los que formamos parte del Partido Popular y así lo recordaremos para siempre. No encuentro palabras más acertadas para concluir que las del presidente Alberto Núñez Feijoo al recordar ahora su figura: su deuda de gratitud con los gallegos es tan grande que necesitaremos muchos años para poder comprenderla. Solo quisiera añadir que tal deuda de gratitud debe ser ampliada a todos los españoles.

Gracias, doctor Fernández Albor, por tanta sabiduría, y por haber sido capaz de enseñarnos el lugar que merecen ocupar no solo los gallegos, sino todos los españoles, en un mundo en el que hoy desaparece una figura irrepetible.