Las mujeres ya pueden conducir en Arabia Saudí

Yashmina Shawki
Yashmina Shawki CUARTO CRECIENTE

OPINIÓN

26 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

En 1990 fueron arrestadas las primeras mujeres que osaron ponerse delante de un volante y, desde entonces, cientos han tenido que afrontar ser condenadas incluso por «terrorismo». Por fortuna, la prohibición fue suspendida la semana pasada y las primeras féminas saudíes pudieron conducir un coche con su permiso correspondiente. Son unas pocas privilegiadas a las que seguirán ciento veinte mil que ya han solicitado plaza en una autoescuela. Ciento veinte mil a las que hay que sumar otros dieciséis millones, más o menos la mitad de la población de Arabia Saudí, el campeón de la represión femenina, que, no obstante, seguirán necesitando la autorización de su maher, su tutor masculino, para abrir una cuenta bancaria, matricularse en la Universidad, viajar al extranjero o casarse.

Pero, aun así, son ciento veinte mil mujeres que podrán llevar a sus hijos al colegio, trasladar a sus familiares al médico, ir al trabajo o a la compra sin depender de un hombre. Tareas cotidianas que ahora nos parecen naturales, pero que también tuvieron que ser conquistadas a pulso por nuestras abuelas y madres en todo el planeta.

Y es que no podemos olvidar que, aunque en 1888, Bertha Benz, la esposa del inventor del primitivo vehículo a motor, fue la primera mujer al volante, el acceso a un permiso de conducción, como tantos otros derechos requirieron años y años de lucha y reivindicación. Así, tuvieron que pasar casi dos décadas para que, en nuestro país, una mujer se pusiera al volante. Y quien lo hizo fue, como muchas otras pioneras, una gallega, una de tantísimas ilustres que ha dado nuestra tierra: doña Emilia Pardo Bazán. Una rompedora que, en aras a la independencia se decidió a conducir uno en 1904. Hoy, es impensable que ninguna chica que cumple 18 años no se plantee obtener el permiso, por fortuna, hasta en Arabia Saudí.