Una de las particularidades del proceso creativo en una cocina es que a diferencia de otras actividades no todo el peso de la creatividad recae sobre una sola persona (el artista) que desarrolla su trabajo de una manera autónoma, por ejemplo pintando o esculpiendo. En el caso de la cocina se trata de un trabajo en equipo, en el que cada uno de los miembros aporta su talento de una manera u otra, unos más cerca del desarrollo de nuevas ideas y otros ejecutándolas con precisión.
Es común escuchar a los grandes chefs agradecer a sus equipos su dedicación. En la mayoría de los casos quiénes dirigimos equipos sabemos que el resultado de nuestro trabajo reside en saber motivar al grupo y sacar lo mejor de cada uno, pero son finalmente ellos quienes realizan el trabajo.
El trabajo de un chef en este sentido es algo así como un director de orquesta que consigue sacar de cada instrumento lo mejor. Desde que los cocineros hemos pasado a este estatus de rock stars es cada vez más común ese comentario del cliente defraudado porque no vio al chef en el restaurante: «Todo muy rico, pero el chef no estaba» …
No le falta razón… si creamos una expectativa en el cliente alrededor de la imagen de una persona y no de un negocio, es normal que los clientes esperen encontrar al chef. ¿Que pasaría si llevas a los niños a Disney y no esta Micky? ¿Qué les dices? ¿Que está Pluto? Han venido a ver a Micky….. Pero lo cierto es que a nivel técnico y en la mayoría de los casos poco importa la omnipresencia del chef, ya que muchas veces su trabajo no es la ejecución de los platos, o por lo menos de todos los platos… En Pepe Vieira somos un equipo de doce cocineros. Muchos de nosotros llevamos años trabajando juntos y, aunque todos sabemos que existen en nuestra operativa personas más relevantes que otras, lo cierto es que somos eso: un equipo! ¿Quién cocina cuando no está el chef ? Los mismos que cuando está….