¿Feijoo?

César Casal González
César Casal AL ROJO VIVO

OPINIÓN

xoan a. soler

31 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Los rumores sobre la moción de censura de Pedro Sánchez y la dimisión preventiva de Mariano Rajoy asolan España. El sistema nervioso de las webs está disfrutando como nunca de una situación que genera miedo y desolación en la economía. El dinero es enemigo de la incertidumbre. El capital, el de verdad, no el de Marx, no comprende las dudas. España, cada vez más italianizada, no está acostumbrada al alambre. Todos miran al PNV que, como pasó con los presupuestos, ha vuelto a lograr una posición central y totalmente decisiva en lo que pueda suceder. Suyo es el primetime de España entera. Desde Galicia se pronunció el lunes, y de nuevo con fuerza ayer, un nombre propio que pesa mucho en el partido que todavía está en el gobierno y que sigue siendo el más votado. Núñez Feijoo aseguró al inicio de la semana que no haría el papel de Judas que algunos le reclaman en esta película que ha pasado de golpe de thriller a filme de terror. «Nunca seré un Judas con Rajoy», sentenció en parábola bíblica. Aunque no se olvidó de añadir una coletilla que, entre los populares, muy pocos se atreven a pronunciar en voz alta: «La sentencia avergüenza a cualquier político y hay que pedir disculpas». Esa tesis tan sensata y que cuenta con el respaldo de la mayoría de la ciudadanía no coincide con el credo de Génova que, como dejó claro Cospedal en su comparecencia en el Congreso, prefiere eludir la responsabilidad de dar la cara e incluso cuestiona por primera vez las sentencias judiciales. Pero el presidente gallego, el único del PP que gobierna con mayoría absoluta y que revalidó recientemente, volvió a hablar ayer miércoles para tal vez continuar con los paralelismos de la Biblia y apuntar a un rol de san Pedro, obligado como saben a negar tres veces a Jesús, antes de convertirse él mismo en guía y heredero del Señor. Feijoo afiló la lengua para definir de forma acertada la situación entre kafkiana y guion de Rafael Azcona que estamos viviendo: «España no es un bar que se traspasa». Exacto. Vivimos un mercadeo de vanidades que no es normal. Hace bien Feijoo en guardarse de los dedos que señalan lo que no se ha producido. Y debe de seguir negando como Pedro bíblico cualquier relevo de quien está y, de momento, piensa seguir al frente. Pero no hace falta meterse mucho en teología política para ser consciente de que la ya citada Cospedal caerá con Rajoy, herida como está en diferido, y para siempre, por la caja B. Soraya, que tanto gusta en Madrid por los apoyos que ella misma aceita, ya demostró su incapacidad en el mayor problema que tiene España y que le fue directamente encargado: Cataluña. Ese cero que sacó con sus decisiones sobre el problema catalán la inhabilita. Pero fíjense cómo está el banquillo. ¿Cifuentes? ¿Existe? ¿Quién es Cifuentes? O Casado y sus inexplicables estudios. La prudencia en medio de un trebón es el mejor camino hacia el único horizonte despejado que tenemos: elecciones.