Clase para sus señorías sobre la libertad

Ernesto Sánchez Pombo
Ernesto S. Pombo EL REINO DE LA LLUVIA

OPINIÓN

02 may 2018 . Actualizado a las 19:23 h.

Andan sus señorías, jueces y fiscales, un poco pez en esto de los principios la democracia. Ya tuvimos que impartirles a José Francisco Cobo, Ricardo González y Raquel Fernandino, los tres que sentenciaron a La Manada, una clase muy básica sobre las diferencias entre violencia, violación y guateque y nuevamente vamos a tratar de explicar, para que lo entiendan todos, también los escolares de Primaria, algunos conceptos sobre Constitución y libertad de expresión. 

Así que vamos allá. Presten atención. La Constitución española, esa que sus señorías deberían conocer al dedillo, en el artículo 117 dice que «la Justicia emana del pueblo y se administra por jueces y magistrados integrantes del Poder Judicial». Clarísimo, ¿no? Lo explico más sencillo para que lo comprendan sus señorías. Los ciudadanos ostentamos la soberanía de la que emanan los poderes del Estado, entre ellos el judicial.

Aclarado este extremo, sigamos con la Constitución. Artículo 20: «Se reconocen y protegen los derechos a expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones mediante la palabra, el escrito o cualquier otro medio de reproducción». Insistimos, por si no lo han entendido. Que podemos expresar nuestras opiniones, sean favorables o no. Y eso los españoles lo sabemos muy bien y por eso manteamos con frecuencia al rey, al presidente del Gobierno, al de la Xunta, a los obispos, a los periodistas, a los carpinteros, albañiles y a Cristiano Ronaldo cuando no marca goles. Aquí se le sacude a todo el mundo cuando creemos que se actúa incorrectamente.

Debería de quedar clarificado, por tanto, que sus señorías son tan criticables como cualquier otro ciudadano, sobre todo cuando se dicta una sentencia como la de La Manada, que causa conmoción, cabreo y alarma social. Queda claro, pues, y a ver si lo aprenden los parvulitos y también sus señorías, que nadie está libre de recibir críticas. Por mucho que escuezan. Y no por eso se deslegitima al Poder Judicial, como ellos dicen. Se deslegitima por sí solo, sin necesidad de ayuda.