¿Tiene que dimitir Cristina Cifuentes? Sin duda. Las irregularidades son tantas y tan ominosas que no le queda otra salida. Y más desde que ayer la presidenta del tribunal de la Universidad Rey Juan Carlos haya declarado que es falsa la versión de su firma en el acta presentada por Cifuentes. Cuando escribo esta columna, Cristina Cifuentes no ha dimitido. Imagino que lo hará en breve. Porque cuando un cargo político miente de este modo tan vejatorio, debe de inmediato abandonar todas sus públicas responsabilidades. Imagino que la presidenta de Madrid se ha debatido estos días entre disquisiciones más propias del rugbi que del sentido común: ¿Patada a seguir o esperar el próximo torneo? Optó por la primera alternativa. Y se equivocó. Su carrera política ha terminado. Y dicho esto permítanme felicitar a los medios afines a Podemos y PSOE por su éxito. En la caza mayor no tienen parangón. Con Camps también lograron un resultado encomiable. Con otros, a pesar de haberlo intentado con sevicia, fracasaron. Y aunque no lo precisen, pues su pericia periodística es mucha, me gustaría invitarlos a que continuasen su labor de «purga o limpieza» en otros ámbitos. Aquí en Galicia, sin ir más lejos, una diputada de En Marea ha actuado de modo tan vergonzante, o más, que Cristina Cifuentes. Aún sigue en su cargo. Quizá solo interesa cazar en algunos territorios. En los otros está prohibido.