Tres anuncios contra del Toro

César Casal González
césar casal CORAZONADAS

OPINIÓN

04 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Qué injustos son los premios. Así nos gustan (y nos disgustan) tanto. Esta noche tenemos una especie de Cristiano-Messi en los Óscar. Hay dos películas geniales, pero opuestas en su estilo, que mandan en las apuestas. La forma del agua no tiene nada que ver con Tres anuncios en las afueras. Solo comparten el arte y que son dos filmes. Hubo años de Óscar de menos nivel que permitieron el privilegio de la victoria a cintas que no están a la altura de estas dos. Dos de los últimos ganadores, Moonlight y Spotlight, por ejemplo, eran buenas historias, pero no tenían la categoría de la que sí gozan, cada una en su género, La forma del agua y Tres anuncios. La forma del agua, de Guillermo del Toro, es una fábula fabulosa sobre el amor entre un ser acuático y una muda. Tiene un toque Amelie y un toque Delicatessen. Aunque hay malo malísimo, no es tan oscura como otras maravillas de Del Toro (El laberinto del fauno o La cumbre escarlata). Pero ese universo extraño, un poco infantil, un lago de infancia e inocencia, está en la historia del animal encontrado en el Amazonas. Emociona, y eso hoy en día es oro, aunque esté hecha de azúcar muy prefabricado. Tres anuncios en las afueras no tiene nada de fantástica. Es una historia tremenda, con una Frances McDormand (¿otro óscar para ella?) haciendo de Frances McDormand que te gana desde el primer plano para su causa imposible de mujer borde y agresiva, porque la vida siempre la ha tratado a ella como a una lata. La forma del agua es original (aunque ahora le pese sobre el cuello esa acusación de plagio), pero Tres anuncios es todavía más original, y encima sobre la vida real de seres humanos agotados de vivir el absurdo de vivir. No sé cuál es mejor. Las dos deberían ganar. En Cannes venció La forma. Que no les extrañe que se cuele Lady Bird, en la foto finish, en el año de las mujeres. Pero el poder de La forma es que hace que nuestros corazones se conviertan por dos horas en esponjas, en enormes esponjas, con su toque de cómic; y el poder de Tres anuncios es hacer que nuestros corazones sepan que solo saldrán adelante en el guion salvaje que son muchas vidas si saben comportarse como piedras, duras piedras que lanzar sobre los crueles. O un sueño un tanto pastelero o una pesadilla muy real. Los académicos decidirán esta madrugada.