El método

Pepe Vieira LA ÚLTIMA COCINA DEL MUNDO

OPINIÓN

25 feb 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Buscamos que cada plato representase una visión renovada de una época determinada de la historia. Una versión contemporánea de la vieira, por ejemplo, debía remitir tanto a los mitos clásicos como al gran símbolo del Camino de Santiago. Y la reinvención de la clásica caña de crema de O Carballiño debía recoger también la aportación gastronómica de los árabes y los judíos. El comensal se convertiría así en el último eslabón de un proceso culinario creativo que había nacido meses antes gracias a la colaboración con el antropólogo Rafa Quintiá.

Y usted se preguntará: ¿qué pintan juntos un antropólogo y un cocinero? Pues emprender un viaje a los orígenes de la cocina gallega desde la investigación y la vanguardia. Así, durante meses pasaron por nuestras manos libros y legajos que aún conservaban el aroma a puchero al tiempo que recorríamos las cocinas y los caminos más recónditos del país.

Ese trabajo lo convertimos en un cuaderno de campo llamado La última cocina del mundo, un librito que daba forma a las creaciones culinarias a partir de las investigaciones sobre el terreno. Nada de esto hubiera sido posible si no creyéramos en la cocina como un hecho creativo, cultural y sensorial que echa raíces en lo más profundo de la historia para acompañarnos hasta hoy.

Creo que fue Albert Einstein quien dijo que la creatividad es la inteligencia divirtiéndose. Existen cientos de frases célebres que definen el proceso creativo e incluso puedes encontrar libros que estudian el modelo de Walt Disney o te animan a pensar como Leonardo da Vinci.

El objetivo final es crear tu propio método creativo. En nuestro caso, está claramente repartido en cuatro fases: la fase inicial o de preparación; la fase de incubación que nos indica las líneas maestras del proceso; la fase de innovación que nos permite jugar con los ingredientes; y la fase de verificación que determina si la propuesta funciona, precisa una mejora o se desecha.