Leo con estupor la noticia de que un juez de Córdoba ha impuesto la custodia compartida a un padre que no quería cuidar a sus hijos, especialmente a uno que tiene algún tipo de discapacidad. Según declaraciones de la abogada de la madre (y cito literalmente) «hasta ahora, los tribunales entendían que si el progenitor se negaba a cuidar de los hijos, difícilmente se le podía obligar». Dios mío... con la de años que llevo ocupándome de mis hijos sin saber que podía haberme negado a ello y con el amparo de la justicia. Padres machos del mundo... ¿estabais al corriente de esto? Si es así, ¿por qué no se había compartido esta valiosa información? Es el momento de unir fuerzas y reaccionar ante la grave amenaza que supone esta sentencia. Si resulta que ahora se nos puede obligar a cuidar a nuestros hijos, ¿qué va a ser de nosotros? ¿Vamos a tener que limpiar culos, asistir a reuniones y ocuparnos de lo que comen? Ya no se respetan las más arraigadas tradiciones de nuestra cultura. Si no detenemos esto, ¿cuál será el paso siguiente? ¿Nos obligarán a hablar con nuestros hijos? ¿Tendremos que preguntarles cómo se encuentran? ¿Tendremos que acompañarlos a la consulta médica? ¿Nos harán interesarnos por su desarrollo personal? No quiero ni pensarlo. Me dan auténticos escalofríos. Este mundo se va al garete.