Es que ni hay un claro favorito, ni los EE.UU. del próximo 4 de marzo son los mismos de hace un año, ni Hollywood tenía el tsunami de denuncias masivas por acoso sexual. Tampoco el casi centenar de miembros de la Hollywood Foreign Press Association que conceden los Globos de Oro equivalen a los algo más de 6.500 académicos que otorgan los Óscar. Los críticos votan con la cabeza, los del gremio lo hacen con el corazón y el estómago. En medio, las películas, todas de notable alto. Diez, que son demasiadas pero lo hacen para satisfacer a la industria y darles un plus mediático de varias semanas en las taquillas de medio mundo. Hay también dos claves a considerar. No siempre tener muchas nominaciones es garantía de Óscar y no siempre se cumple la ecuación ganadora del Globo se lleva el Óscar… Así que, más que nunca, estamos ante una lotería que al día siguiente (casi) todos intentaremos analizar. Y tan contentos, pues el cine sigue vivo y lo hay muy bueno. Incluso aquel que se ha quedado sin boletos, que es bastante.