Un cambio de verdad

Toni Ardá TRIBUNA

OPINIÓN

Domenech Castelló | EFE

16 ene 2018 . Actualizado a las 11:59 h.

Los entrenadores que estamos acostumbrados a perder nos pasamos el lunes delante de la pizarra, dibujamos el enésimo sistema, ponemos nombre en cada hueco y pintamos infinidad de flechas que nos llevan a la solución para el próximo domingo. Hemos perdido el miedo a tomar decisiones, nos importa poco ese miedo al arrepentimiento del que hablaban Kahneman y Tversky hace varias décadas, y que explicaba por qué nos cuesta tanto movernos de nuestra zona de confort. Me imagino que Cristóbal y su cuerpo técnico harán lo mismo pero multiplicado por diez, ya que sus honorarios multiplican por mil los míos, pero luego el domingo encontramos al equipo casi siempre igual. Centrémonos en el sistema, ese dibujo reconocible antes del inicio del partido; en la portería no quiero hacer más sangre, por respeto a mi amigo Manu Sotelo, que juegue el menos malo. La defensa siempre ha sido de cuatro, incluso en minutos finales en los que hay que asumir riesgos con tres; se han cambiado jugadores, pero muchas veces para ir a peor, Albentosa no puede jugar, porque Schär es mejor, y Juanfran necesita un recambio o alguien que le dispute el puesto. El medio del campo es siempre el mismo, disfrazado de doble pivote, de trivote o de un 4 y dos por delante. Guilherme es intocable y Valverde me parece mejor para ese puesto, si se sigue jugando así. Borges tiene que jugar siempre. Çolak también. Ya solo quedan tres jugadores, un 9, que por ahora parece que está mejor Andone, y dos jugadores en banda, que juegan a pierna cambiada, casi siempre por dentro sin el apoyo de los laterales, ¿algún día los veremos en su lado natural?

Parralo tiene en su cabeza el juego alegre, de dominio y de imponerse al rival que trajo del Fabril, y su idea le está traicionando, sigue creyendo, porque seguramente le gusta lo que ve en los entrenamientos, que puede competir con el juego de un equipo grande, y no es así. El Deportivo, como ya cualquier aficionado ve, debe limitar las posibilidades de recibir gol. Y una opción es jugar con cinco atrás, defendiendo el espacio y la portería. También necesita poner el balón en las zonas de finalización más rápido y con más unidades dispuestas al remate. La solución podría ser dos delanteros, con la incorporación de los tres jugadores de medio campo por dentro y los laterales en la zona de tres cuartos, desde donde con comodidad se ponen balones en el área. Creo que es urgente reaccionar.

Toni Ardá es director del Grupo de Investigación AGR del Departamento de Educación Física de la Universidade da Coruña