Los pastores ingenieros

Ramón Pernas
Ramón Pernas NORDÉS

OPINIÓN

13 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

He vuelto a las églogas pastoriles, a la narración bucólica de la vida, a la poesía de Garcilaso de la Vega que reivindica líricamente el amor ovino o caprino como una lectura antigua del Cantar de los Cantares.

Y he descubierto en una información aparecida esta semana en este diario la vocación emprendedora de un puñado de ingenieros agrónomos en su mayoría que han decidido convertirse en pastores y criar ejemplares ovinos y caprinos de razas autóctonas gallegas en explotaciones en muchos casos de origen familiar que estaban a barbecho o a punto de cerrar en las tierras del interior de Galicia, con la provincia de Lugo -en municipios como Friol o Guntín- como abanderada de una nueva forma de entender la vida laboral.

Recuperar el rural, aplicar la formación vocacional in situ, ser coherente con un oficio que desde la intuición llegó a la universidad capacitando magistralmente a quienes ejercen la profesión elegida es, sin duda alguna, algo realmente encomiable. Y no solo porque comiencen a existir ya pastores con una titulación superior, sino porque estar al frente de granjas modernas, equipadas con tecnología de vanguardia, recuperar razas en vías de extinción, cerrar el ciclo de leche y carne, de derivados lácteos como quesos o yogures, contribuye a poner en valor, a rescatar desde el siglo XXI, una vieja y bella tradición que estaba punto de perderse.

El antecedente está en la figura romántica del pastor trashumante, aquel que conoce a cada una de sus ovejas. Que se comunica con ellas silbando una melodía amable, que camina el monte buscando prados, junto con sus escuderos los canes guardianes del ganado. Hoy son los ingenieros pastores los que forman una nueva clase social, culta e ilustrada que han decidido vivir al aire libre, habitar la naturaleza entera, llevar a Galicia en su corazón y elegir el medio rural frente a las prisas y agresiones cotidianas de la vida en las ciudades. El viento ya no curte su rostro, los apriscos son modernas instalaciones, los nuevos pastores conocen bien el ADN de sus rebaños y la formula necesaria para organizarse en torno a una marca que subraye la calidad de los productos gallegos.

Pastores de Galicia es solo el principio deseable, un punto de encuentro, una manera de comenzar a sentirse orgulloso de una nueva lectura del campo que se está despoblando dramáticamente.

Ahora les toca a ellos, a los jóvenes que ya desandan el camino que va de la ciudad a la aldea, que fijan territorio donde la lluvia estableció su reino, ahora les toca a ellos iniciar una tarea tan dura como apasionante que está en el corazón campesino y ganadero de nuestra forma de ser desde siempre.

Bienvenidos pastores ingenieros, ingenieros pastores, formados en el amor a nuestra cabaña, a nuestro ganado, que cogéis el testigo literario de fray Antonio de Guevara, el obispo escritor de Mondoñedo que hace muchos siglos escribió su alabanza de aldea.