Galicia, vivero humano

Uxio Labarta
Uxío Labarta CODEX FLORIAE

OPINIÓN

04 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El primer capítulo de Galicia como tarea, de Valentín Paz Andrade, se titulaba «Galicia, vivero humano». El autor afirmaba que para que un país sea rico debe de comenzar por ser rico en personas. Sesenta años después todos los indicadores confirman que Galicia no solo no es un vivero humano sino que, al igual que Europa, somos una sociedad menguada y envejecida. Y por ello motivo continuado de preocupación, al menos de quienes dicen estar preocupados, como se ha puesto de manifiesto tanto en la reciente reunión Galicia?Asturias, como en el dato conocido de contribuir en una cuarta parte al saldo vegetativo negativo de España. Sucede que desde comienzos del siglo XX la población gallega creció un 30 %, mientras que la del conjunto de España lo hizo en torno a un 150 %. Con la particularidad que desde hace siete años vamos perdiendo gallegos, a un ritmo progresivamente acelerado, tanto por saldo natural o vegetativo negativo desde los años noventa, como por la escasa incidencia de las migraciones hacia Galicia. Y nada indica que eso sea reversible, más allá de análisis y diagnósticos, e incluso de declaraciones o medidas políticas. En Galicia la gente no nace y por tanto no es posible equilibrar una mortalidad elevada, propia de una población envejecida. Añádase ello que nuestra economía lleva a emigrar a un buen número de jóvenes y además nos hace poco atractivos para captar emigrantes que rejuvenezcan nuestra población, lo que nos sitúa en una realidad menguante, donde ya somos solo 2,707 millones de gallegos, cien mil gallegos menos que en los años 80. Si ser menos gallegos es grave, lo difícilmente reversible es la pérdida de población joven, y por tanto fértil, que venimos sufriendo. Porque parece excesivo, aún en tono coloquial, considerar que la edad fértil se pueda prolongar hasta los 60 años, o sea indefinida, como solución al problema de fecundidad. Cuando Manuel Fraga a finales de los años 90, desde el Parlamento, señaló la demografía como uno de los graves problemas de Galicia, había unas 820.000 personas de edades comprendidas entre los 20 y los 39 años. En 2016 solo había 612.000, una cuarta parte menos, y para el año 2025 la proyección del IGE estima que solo serán unos 485.000 gallegos en ese rango de edad. Dada la caída de la fecundidad se incorporan menos gallegos a ese grupo de edad, efecto que se incrementa con los años al disminuir la población en edad fértil. Disminución que se agrava con la emigración juvenil, unos ocho mil jóvenes por año, que se ha incrementado en un 37 % desde el año 2008. Problemas derivados del empleo y el acceso a la vivienda de los jóvenes, de enorme importancia y efecto en Galicia, y secundariamente de las políticas de apoyo a la familia. En el envés nos encontramos actualmente 665.000 gallegos mayores de 65 años que llegarán, o llegaremos, a ser 715.000 en 2025, según las proyecciones del IGE. Y a pesar de que quizá siguen por ahí fuera un millón de gallegos de primera, segunda o tercera generación, no consigo acreditar que tengamos méritos para atraerlos.