Y mientras tanto, en Galicia y el PSdeG...

Xose Carlos Caneiro
Xosé Carlos Caneiro EL EQUILIBRISTA

OPINIÓN

06 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Necesito aire. Lo he hablado con colegas columnistas y todos sienten lo mismo: una sensación de ahogo con el «tema» catalán, que ya suena melodramático. Hoy podría volver a las andadas. Porque ayer Sánchez, que tarde o temprano será el gran problema para la España constitucional (tiempo al tiempo), dijo que la vía penal no resolverá nada. Y Puigdemont, el catalán errante, se autodetuvo en Bélgica. Sin embargo, existen otros asuntos: Galicia, por ejemplo. En Galicia acontecen advientos políticos. El socialismo nuestro, que estos tiempos ha cambiado de líder (¿Es posible la existencia de líder alguno en el PSdeG?), sigue con sus puestas en escena, sus Caballeros, sus arcanos y, fundamentalmente, confirmando ese dicho preambular de ciertas novelas de suspense: una historia basada en hechos reales. Aunque no lo parezca.

Explico las dinámicas diegéticas de las novelas de suspense a mis alumnos. En el suspense el lector sabe más que el personaje, exactamente lo contrario que en las novelas de intriga: el personaje sabe más que el lector. Pongo como ejemplo el inicio de Crónica de una muerte anunciada, de Gabriel García Márquez: «El día en que lo iban a matar, Santiago Nasar se levantó a las 5’30 de la madrugada para esperar el buque en que llegaba el obispo». El suspense está servido. Suspense e intriga no son análogos, no obstante se confuden en numerosas ocasiones. En el PSdeG es difícil conocer si los lectores, la ciudadanía, saben más o menos que los protagonistas. Porque lo que acontece en el socialismo gallego es inescrutable. Y por mucho que lo he intentado, no he conseguido acercarme a sus esencias. De González Laxe a Paco Vázquez, de Príncipe a Orozco, de Touriño a Pachi Vázquez, de Abel a Gonzalo Caballero, y podría seguir con una lista interminable, todos me han parecido políticos indescifrables. De ahí que lleguemos a lo que hemos llegado: el hoy, con Carmela Silva y Darío Campos, presidentes de las diputaciones de Pontevedra y Lugo, abriendo una crisis institucional más relevante de lo que parece a priori: no irán al Parlamento a dar cuentas.

Vuelvo a la literatura. En las novelas de suspense se utilizan con frecuencia dos recursos de nombre anglófono: Cliffhanger y Macguffin. El primero de ellos plantea una pregunta e interrumpe la escena antes de ofrecer respuesta (algo así como un «continuará»). El segundo, elucidado por Hitchcock, hace referencia a todo objeto al que un personaje otorga importancia pero que en realidad no la tiene para la historia narrada (el paradigma es Rosebud, el trineo de Ciudadano Kane). Ambos recursos son los que definen la historia del PSdeG. Siempre hay un «continuará» y, siempre, lo que parece tener importancia no la tiene para el relato. Concluyo: lo de Silva y Campos son argucias que ocultan lo sustancial del socialismo gallego. Se llevan mal, y lo que es peor, son capaces incluso de una revuelta «institucional» (no acudir al Parlamento) para conseguir sus fines únicos: señalar quién manda aquí. Entre Caballeros anda el juego. Continuará.