Con motivo de la petición de Podemos de un menú vegetariano en el Congreso, me vino a la mente el chascarrillo que circuló por la red. Diálogo: «Pero ¿tú no eras vegetariano? Sí, soy vegetariano. Entonces ¿cómo estás comiendo jamón? ¡Ah!, es que este es de bellota».
La bellota es un vegetal, pero el jamón no, aunque el cerdo se haya alimentado con bellotas correteando por las dehesas. Otro tanto ocurre con el jamón de castañas, de cerdos gallegos alimentados con el fruto del castaño, que también valdría para vegetarianos. Incluso el de los cerdos que en Maside alimentábamos con manzanas.
A mí me gustaría que los vegetarianos incorporasen a su dieta estos jamones vegetales, con la disculpa de que forman parte de su mundo alimentario. Así, aportarían proteínas de primera calidad y grasa cardiosaludable. Sería algo equivalente a lo que hacen los vegetarianos que consumen huevos (fuente de excelentes proteínas) y/o leche. La dieta exclusivamente vegetariana es muy incompleta, pero cada uno es libre de alimentarse como quiere o como puede.
El mundo de los jamones es una prueba fehaciente de que somos lo que comemos.