Legendaria

Javier Imbroda TRIBUNA

OPINIÓN

13 sep 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

España, en semifinales. Décima vez consecutiva. La presencia de la selección española en esta fase solo hace agrandar su leyenda. No fueron precisamente sencillos los octavos frente a la anfitriona Turquía, y lo fue menos la cita contra Alemania. Para ello, nuestra selección se tuvo que reponer de un mal comienzo.

Scariolo pedía tiempo muerto con 11-2 perdiendo. Un rival más clarividente en su juego ofensivo, con su base estelar Schröder dirigiendo las operaciones, y una defensa que consiguió, sobre todo, ahogar a nuestros exteriores. Así, los Gasol tenían enormes dificultades para recibir. Su estrategia funcionaba -todos los equipos obsesionados con los Gasol-, pero fue su defensa exterior lo que desequilibró nuestro ataque. Tras ese tiempo muerto de Scariolo, el equipo reaccionó y mejoró su defensa sobre su estrella. Ricky denegaba su recepción, y Alemania acusó la respuesta española. Llegaron igualados al descanso sin que nuestros bases hubieran podido desarrollar su juego, especialmente Ricky, un tanto aciago en su duelo con Schröder.

Y llegó el festival de Marc Gasol. Cuando más lo necesitaba su equipo y lo necesitaba él. Su rendimiento aumenta cuando Pau no está. Lógico. Pau absorbe mucho juego, como no puede ser menos, y Marc respeta esa jerarquía. No estaba fácil el partido hasta el momento mágico de Marc. España perdía 47-43 a cuatro minutos para terminar el tercer cuarto, y ahí fue cuando Marc se desmelenó. Triples, poste bajo, asistencias, una exhibición que siempre recordaremos. Sastre (gran partido de un novato), defendiendo a la estrella del rival, se unió junto a Sergio Rodríguez a la fiesta de Marc. Fueron minutos trepidantes que revolucionaron un partido que se había puesto muy complicado.

España, en semifinales. La selección nos hace seguir soñando.