La mayor parte de la producción agrícola se lleva a cabo en campos de cultivo al aire libre o en invernaderos. En ambos casos la luz del Sol resulta imprescindible. En la actualidad ha surgido la agricultura de interior, en la cual no se utiliza la luz solar para producir la función clorofílica, sino lámparas LED que emiten luz roja o azul, que se puede acomodar a cada etapa de crecimiento de las plantas. Esto ha sido posible gracias a la caída de los precios de los LED (un 90 % desde 2010) y al incremento de su eficiencia y duración. Con la LED se alcanza un 40 % más de crecimiento que con la luz solar. La LED es una agricultura vertical sostenible y de interior, que produce vegetales de alta calidad, que no se ven afectados por tormentas, temperaturas extremas, sequías, insectos, etcétera. Se cultivan productos que se distribuyen en áreas próximas, por lo que se reduce considerablemente el CO2 generado en el transporte. Se necesita una mínima cantidad de fertilizantes y de agua, lo que se traduce en mayores cosechas, mínimos costes y en mejor sabor y mayor valor nutricional. En la actualidad somos unos 7.300 millones de personas los que vivimos en la superficie de la Tierra. Se calcula que en el año 2050 habrá 9.700 millones de seres humanos en la Tierra. Para dar de comer a todas estas personas, se necesita recurrir a todo tipo de producción agrícola, incluida la agricultura LED.