Trieja de poliamorosos

Francisco Ríos Álvarez
Francisco ríos LA MIRADA EN LA LENGUA

OPINIÓN

17 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El notario sexto de la ciudad colombiana de Medellín, don Rodrigo Alberto Sierra Lodoño, formalizó hace días una escritura pública de «constitución de régimen patrimonial especial de trieja». En ella explica el fedatario que comparecen ante él tres varones, dos de ellos casados entre sí desde hace varios años y el tercero soltero, para conformar un régimen económico cuya base es la relación de trieja que tienen actualmente. Del grupo sentimental formaba parte un cuarto hombre, que falleció hace algún tiempo. De no ser por el óbito, quizá hoy estuviésemos hablado de cuatrieja, no de trieja. 

A la trieja le pueden poner pegas desde el punto de vista léxico. Tri- significa, efectivamente, tres, pero -eja es un sufijo que, aplicado a sustantivos y adjetivos, tiene valor diminutivo y despectivo, como en tipejo. Aunque la proximidad de trieja con pareja ‘conjunto de dos’ puede justificarla. Pero hay alternativas, como tríada, ‘conjunto de tres cosas o seres estrecha o especialmente vinculados entre sí’. Lo cual encaja con esa relación trilateral o neofamilia trimembre. En este asunto se suele rechazar trío, que, además de aplicarse a grupos como Los Panchos, ya tiene uso como denominación de las relaciones sexuales tripartitas, el ménage à trois de toda la vida. Y si un día llegase a haber una relación matrimonial entre los integrantes de una trieja, su primer fruto neológico sería la voz trimonio.

Son manifestaciones del poliamor, del que tomamos como muestra el caso de una periodista madrileña que mantiene una relación sentimental con dos empresarios. Entre los varones no hay más que amistad y ella tiene relaciones sexuales solo con uno de ellos. El otro, a su vez, tiene otras dos parejas. Hay casos de grupos de dos parejas de poliamorosos y otras variaciones. A medida que aumenta el número de personas con vínculos amorosos comunes, a lo que se suma el abanico de formas de relación entre ellas, la pretensión de crear una nomenclatura se complica exponencialmente. Por ellos los implicados prefieren hablar de poliamor, que aparece en el nombre del colectivo Poliamor Madrid. La palabra empezó a usarse en inglés (polyamory) en los años sesenta. Según sus miembros, «el poliamor consiste en amar a varias personas a la vez de manera consensuada, consciente y ética».

Y los monógamos, sin enterarnos.