Andreotti de tour por la Galicia urbana

Roberto Blanco Valdés
Roberto L. Blanco Valdés EL OJO PÚBLICO

OPINIÓN

14 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Pese a las notables diferencias que existen entre las siete principales ciudades de Galicia, la encuesta de Sondaxe que sobre su situación política publica hoy este periódico presenta tantas semejanzas que es muy fácil encontrar la clave explicativa. Para decirlo sin rodeos: la fina sabiduría de Giulio Andreotti sobre los secretos del ejercicio del poder. Fue el sinuoso político romano el autor de una frase que se cita sin cesar («Il potere logora chi non ce l’ha»: «El poder desgasta a quien no lo tiene») y el autor de un libro cuyo título insistía en el que parecía el gran descubrimiento de quien no hizo otra cosa en su vida que política: «Il potere logora... ma è meglio non perderlo» («El poder desgasta… pero es mejor no perderlo»).

Pero, ¿qué indica la encuesta de Sondaxe para introducirla con tan andreottiana reflexión? Primero, que la gestión de los alcaldes de las siete ciudades, sea cual sea al partido que gobierne, está mejor valorada que la de sus oposiciones respectivas, en algún caso (el de Vigo) con muchísima ventaja. Segundo, que, salvo en Ferrol, el alcalde es siempre el líder local más valorado, al margen de cual sea su partido. Tercero, que el partido del alcalde incrementa o mantiene su poder en todas las ciudades salvo en Vigo, donde la ligera caída (de 17 a 16 concejales) es explicable vista el previo éxito. Cuarto, que el PP mantiene o incrementa su representación, salvo donde gobierna el PSOE (Vigo y Lugo) y que, excepto en esas dos ciudades, los socialistas se convierten en una fuerza casi marginal en la Galicia urbana: 5 concejales en Ourense, 3 en A Coruña, Santiago y Pontevedra; y 2 en Ferrol. Y quinto, que lo mismo, aunque en mucho mayor grado, le ocurre al BNG, salvo en Pontevedra: 3 munícipes en Ferrol, 2 en Lugo y Santiago y 1 en Vigo, Ourense y A Coruña.

Una primera conclusión se impone, pues, sobre todas las demás: si hoy se celebrasen municipales en Galicia y los pactos con los que fueron investidos los alcaldes se mantuvieran, no habría cambios de mayoría en ninguna de sus ciudades principales.

Otras dos conclusiones deben añadirse en todo caso a la anterior: por un lado, que la irrupción de las mareas ha hecho cisco en los siete grandes núcleos a los dos partidos tradicionales de la izquierda gallega (PSOE y BNG) salvo donde, como ya sabía Andreotti, han sido capaces de mantenerse en el gobierno; por el otro, que Ciudadanos ha dañado mucho electoralmente al PP sin obtener nada a cambio, por lo que los populares seguirán necesitando la mayoría absoluta si quieren recuperar las que fueron sus principales alcaldías. Una batalla esa donde el PP solo tendrá oportunidades si envía a la pelea a sus mejores candidatos. De lo contrario, parece que en A Coruña, Santiago y Ferrol tendremos alcaldes de las mareas para rato, aunque sea a costa de dejar en cueros a sus cándidos aliados.