«Alonsanfán de la patrí-ie»

Eduardo Riestra
Eduardo Riestra TIERRA DE NADIE

OPINIÓN

07 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Dos cosas muy importantes están sucediendo este fin de semana: las elecciones a la presidencia de Francia y la marcha de Alba Carrillo y su mamá de la isla de los supervivientes. Y estoy seguro de que todos los españoles las conocen: unos una y otros otra. Algunos, como yo, las dos. Francia, desde Roncesvalles, es asunto menor para España, aun cuando Napoleón nos colocase a su hermano en el trono para que nos mofásemos o para que Goya pintase camisas blancas. Menos mal que los expulsamos y regresamos voluntariamente a las cavernas. A Francia iban los españoles del siglo de Franco a ver mujeres desnudas en el cine; para saber, en fin, cómo sería su mujer si no apagara la luz por la noche. Los franceses alimentaron a la silente izquierda española con Sartre y con Simone de Beauvoir, con Georges Brassens y con Jacques Brel, que aquí devinieron en Paco Ibáñez y Raphael; y a la derecha con Fernandel primero y después con Louis de Funès y con Adamo. A mí el francés que más me gusta es un argelino que escribía unas novelas que los dominicos de mi bachillerato atacaban furibundamente, en una inconsciente y más que eficaz campaña de promoción de la lectura. Ya habrán descubierto ustedes que hablo de Albert Camus y de El extranjero y de La peste. Dos novelas que, aprovechando que el Sena pasa por París -ciudad en la que, según Faemino y Cansado, se encuentra el acueducto de Segovia- y que Alba Carrillo y su madre dejarán un gran vacío en nuestras vidas, les propongo que se lean sin más dilación.