Veinte años sabiendo ganar

Beatriz Pallas ENCADENADOS

OPINIÓN

19 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Parecía inevitable que el tango de Gardel saliera relucir en el veinte aniversario que el viernes celebró Saber y ganar. Veinte años no es nada, declamó Jordi Hurtado sabiendo que podía dar pie al enésimo chiste sobre la inmortalidad que le atribuyen y conocedor de que dos décadas son mucho tiempo para que un programa se mantenga inmutable con la fórmula del éxito que conquista a varias generaciones.

El concurso de La 2, el más longevo de la televisión en España, es un baluarte de la hora de la siesta. Con él unos ejercitan la mente y otros cabecean con la esperanza de que el cerebro siga permeable al chorreo de sabiduría que emana de la pantalla.

En su veinte aniversario, el programa emitió por primera vez una parte en directo, unos primeros minutos algo atropellados en los que el concurso marcó otro hito: el de entrar en el Telediario de La 1, donde su presentadora planteó a los concursantes una cuestión sobre la vertiente cultural de la noticia del día: el significado del vocablo griego Nóos.

Mientras sus competidores se afanan por innovar el tradicional formato de preguntas y respuestas con premios millonarios inalcanzables para La 2 y con roscos, bombas o agujeros que se tragan a la gente, Saber y ganar ha hecho de la austeridad y la constancia su mayor virtud.